20-04-2024 07:30:47 AM

Algunos apuntes para la mejor comprensión de las encuestas (II)

Requisitos mínimos para la confiabilidad de los estudios de opinión pública.

¿Cuáles serían, entonces, los requisitos mínimos para que un estudio de opinión de carácter cuantitativo sea confiable?

De acuerdo a los códigos nacionales e internacionales, aunados a nuestra experiencia y al intercambio de ideas y principios con los colegas serios agremiados en asociaciones formales, se enumerarían al menos diez requisitos para que la credibilidad de los estudios sea efectiva, desde el punto de vista metodológico.(1) Por supuesto, siempre en el caso que se quieran hacer públicos los resultados de un ejercicio de medición.  

El Estudio debe incluir el nombre de la empresa o Institución que lo realizó, con sus datos generales en cuanto a domicilio, directivos, personal de campo, recursos e infraestructura.

 

Es deseable explicar quién encargó el trabajo o si la empresa lo realizó en convenio con algún medio de comunicación por el simple deseo de hacer públicas unas determinadas tendencias como información para la ciudadanía.

 

Se debe especificar el universo efectivamente representado.

 

El tamaño de la muestra y su cobertura geográfica.

 

Las fechas del trabajo de campo y las etapas en las cuales se realizó éste, si es que las hubo.

 

El método de muestreo utilizado (probabilístico, aleatorio, estratificado, sistemático, polietápico), el nivel de confianza y el margen de error muestral. De acuerdo a los estándares propuestos por la AMAI, un estudio nacional de preferencias electorales confiable debe alcanzar por lo menos un nivel de confianza del 97 % y un margen de error de +/- 3 ó +/- 2.8 %, es decir, la aplicación de unos 1500 cuestionarios. A nivel local, y de acuerdo a los niveles de competencia de la contienda, estos porcentajes pueden variar.

 

El método por el cual se recopiló la información (entrevistas domiciliarias, cara a cara en vía pública, puntos de afluencia, telefónica, etc.).

 

El fraseo y número de las preguntas formuladas en el cuestionario.

 

Indicar el número de ciudadanos que rechazaron la encuesta, que no respondieron alguna de las preguntas o los que dijeron no saber del tema.

 

Para el caso de México, y para la difusión de encuestas de preferencia electoral en temporada de campañas, el Instituto Federal Electoral o los Institutos Electorales en los Estados de la República, han emitido una serie de reglamentaciones que toda empresa debe acatar, bajo pena de sufrir sanciones por incumplimiento.

 

(1)Existe, a nivel nacional, el llamado ESIMM propuesto por la Asociación Mexicana de Agencias de Investigación de Mercado y Opinión Pública –AMAI-, que no es otra cosa que el Estándar de Servicio para la Investigación de Mercados en México, basado a su vez en las reglas propuestas por las organizaciones internacionales de investigación de opinión pública, como la WAPOR –World Association for Public Opinion Research- y la ESOMAR –European Society for Opinion and Marketing Research-, en el que se incluyen requisitos fundamentales para realizar estudios de mercado y opinión. En Puebla y la región, hemos integrado ya la Asociación de Empresas e Instituciones de Investigación de Mercado y Opinión Pública de Oriente, A.C. (ADEI), que también tiene estatutos formales para la correcta implementación de estudios cuantitativos serios.

Conclusiones.

            Aunque la realización y difusión de encuestas y mediciones de opinión pública son ya comunes en nuestros días, resulta evidente que la mayoría de la población, ni está acostumbrada a enterarse de cuestiones políticas ni mucho menos está inmersa en la temática de la demoscopia y metodologías de muestreo.

            El ejercicio de las empresas e Instituciones que se dedican a la investigación de mercados y opinión pública todavía está dirigido a un público restringido, por lo que aún existen demasiados mitos y desconocimiento en general del quehacer profesional o científico de aquellas.

            Desde luego lo anterior no es culpa ni de los profesionales de la demoscopia y tampoco del público en general, quien naturalmente tendría una ignorancia no culpable sobre el tema.

            Nuestra democracia es joven aún y el debate de éste y muchos más asuntos que tienen que ver con nuestro sistema político seguirá existiendo. Unos siempre estarán a favor de la libertad para que se difundan aún más las mediciones de la opinión pública, mientras que otros pugnarán contra ellas con los argumentos de la manipulación o mala influencia en los electores.

            Pero el debate mismo, creo, fortalece a esa, nuestra incipiente democracia posmoderna. Democracia a la mexicana, le llaman algunos.

 

jriverp@yahoo.com

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