25-04-2024 05:04:46 AM

El cuento de las prohibiciones mediáticas?

En México, más tarda en diseñarse y promulgarse una nueva ley (de cualquier tipo), que en aparecer intérpretes de la misma y buscar la forma de cumplirla a medias o bien no cumplirla y parecer que sí se hace.

            Así es nuestra historia, nuestra idiosincrasia y hasta nuestra cultura. A todo le buscamos la forma de adaptación para nuestros intereses. Y algunos dirán que esto ocurre porque es desde la autoridad de donde provienen las principales violaciones a las leyes y entonces, los ciudadanos, no estamos dispuestos a obedecer lo que desobedecen los propios gobernantes o los miembros de cualquiera de los poderes.

            Por supuesto el anterior argumento no es justificante para que no vivamos en un ambiente de respeto a la ley… pero es un buen pretexto para que todos nos hagamos tarugos.

            Y todo este rollo viene a colación porque con mucha faramalla se anunciaron, desde el año pasado, las nuevas disposiciones de propaganda electoral, partidista y sobre personajes que quisieran ser candidatos o precandidatos a cualquier cargo político. Supuestamente, desde entonces, estaría prohibido que cualquier gobernante hiciera promoción de su imagen en cualquier medio masivo. Que ya está prohibido que un funcionario público aparezca en persona haciendo propaganda a su gobierno, programas o partido con el fin inequívoco de influir electoralmente en el público.

            Y bueno, salvo algunos casos por ahí aislados (entre los que está el propio Gobernador de Puebla), la verdad es que esto poco a poco se respeta ya. Pero entonces vinieron los intérpretes de la ley y ya han encontrado forma de darle la vuelta a tan injusta y malévola determinación. Pobrecillos.

            Ahora vemos todos los días en muchos medios, “noticias” de algún acto de gobierno, en el que casualmente pasa el gobernante o funcionario “explicando” el evento o programa, e inocentemente el reportero lo cuestiona una y otra vez sobre el tema. Así sea la inauguración de un pozo rural o la vacunación de unos becerros, la importante noticia se difunde y se cubre puntualmente por varios interesadísimos medios.

            De esta manera, vemos en cadena nacional y en horario “Triple A” cómo se cubre el “reportaje” de algún evento en el que aparece puntualmente el Gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, por ejemplo. Alguna otra “noticia” en la que hace alguna inteligentísima declaración Marcelo Ebrard. Una nota en algún periódico nacional (o en varios, la misma) sobre la apertura de un foro o inauguración de algo, en el que invariablemente aparece la foto de algún Gobernador de esos que ya sueñan con ser candidatos a la Presidencia de la República. Y así cotidianamente.

            Y no necesita uno ser genio para saber que hubo un buen costo por cubrir la importante noticia. Claro que a diferencia de antes, cuando por lo menos ya se sabía que era una inserción pagada de publicidad gubernamental. Ahora, como eso ya no se puede hacer, la lana fluye al dueño del medio y, por supuesto, al audaz reportero… por debajo del agua. Y creo que hasta les convino más, pues ahora no declaran ese ingreso.

            Así que… ¿cuál reforma electoral? Mejor hubieran dejado todo como estaba.

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