24-11-2024 07:55:00 AM

Nuevo procurador, viejas prácticas

Nada ha cambiado con la llegada de Rodolfo Igor Archundia a la cabeza de la Procuraduría de Justicia del estado.

Ni cambiará.

La salida de Blanca Laura Villeda fue obligada por circunstancias de presión mediática que hacían insostenible su continuidad, pero no fue el resultado de una intención real de cambiar de fondo una serie de prácticas gangsteriles que se han institucionalizado en la dependencia y que parecen propias de la delincuencia organizada y no de la instancia encargada de la procuración de justicia en el estado.

Así de claro.

Las mafias internas se han enquistado y operan desde hace años con la precisión de un reloj suizo y han alcanzado tal fuerza y cohesión que quienes han intentado desactivarlas terminan pactando con ellas.

Y no hay vuelta atrás.

De esta manera se han convertido por años en cómplices, hasta cierto punto involuntarios, de la anarquía que se vive en la cada vez más desprestigiada “Procu”.

Sin embargo, en estos tiempos tal parece que la complicidad es la llave del éxito y la clave para ascender en el siempre inexplicable organigrama oficial.

Y es que, de otra manera no se entiende la llegada de Archundia al puesto de procurador y mucho menos la permanencia de Hugo Isaac Arbola al frente de la policía judicial.

Por acción o por omisión, estos individuos son corresponsables de lo que sucede ahí adentro.

¿No fue suficiente la muerte de un detenido en los mismísimos separos de la dependencia a manos de judiciales?

¿El tema se agota con la detención de los oficiales involucrados?

¿Y qué pasa con sus superiores?

¿Es creíble la versión de que actuaron por mutuo propio?

¿Así se premia la complicidad?

¿O la incompetencia?

¿No será que la tortura es una práctica común que no sólo se tolera, sino que se fomenta para obtener declaraciones a modo?

Resulta por lo menos increíble que el subprocurador y el director de la policía judicial finjan demencia con lo que sucede todos los días en los MP.

Justicia a modo, de acuerdo con la capacidad económica del interesado.

Averiguaciones previas con omisiones intencionales para beneficio de quien puede pagar.

Judiciales que se aprovechan de la ignorancia para prometer, a cambio de cuotas que oscilan entre los 6 y los 18 mil pesos, liberaciones express o el congelamiento temporal de ordenes de aprensión.

¿Voy bien?

¿Y la extorsión?

Esa se cuece aparte.

Judiciales que se venden para ser utilizados en venganzas personales, para desahogar pleitos particulares o familiares y hasta para cobrar deudas de juego o de negocios son cosa de todos los días.

¿Y que me dice de los ciudadanos cuyas familias son amenazadas si no cooperan para la famosa cuota semanal?

No, no se vaya con la finta.

Esto es real y pasa en Puebla aunque jamás lo escuchará en el discurso oficial.

La salida de Blanca Laura Villeda es sólo la cereza del pastel.

Como diría el clásico: “Se fue Alí Babá, pero se quedaron los cuarenta ladrones”

Sálvese quien pueda.

 

MUERTE EN LOS SAPOS
Por años, habitantes de Los Sapos pidieron a las autoridades mayor seguridad por las consecuencias que esta zona de la ciudad tiene la operación de bares y antros.

Por años fueron ignorados.

En el trienio anterior prefirieron tolerarlos y extorsionarlos que regularlos.

En el actual, lo mismo.

El fin de semana dos hermanos, jóvenes de 20 y 19 años, fueron asesinados a la salida de alguno de estos lugares.

¿A quién le van a echar la culpa ahora?

Pregunto lo anterior porque en el discurso oficial en Puebla, no pasa nada.

 

latempestad@statuspuebla.com.mx

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