Como comentábamos ayer, en el BEAP levantamos una amplia Encuesta para medir posicionamiento (y no solo el típico ejercicio de preferencia electoral… que desde luego también hacemos siempre) de los partidos políticos con registro actualmente.
Seguimos creyendo que era interesante la medición, en una temporada no precisamente electoral (aunque eso es realmente difícil, cuando en nuestro país vivimos en la práctica en un permanente proceso electoral en uno u otro sitio), para que los ciudadanos expresen lo que realmente piensan de los partidos y su comportamiento en últimas fechas.
Ayer les presentamos lo primero que piensan los poblanos sobre los tres principales partidos; ahora les mostramos los conceptos que se tienen del resto de la oferta partidista. De los partidos pequeños, pues, en base a la preferencia electoral que han provocado en los últimos años. La famosa “chiquillada” o los “bonsái”.
Las gráficas son bastante elocuentes. Y si a menudo explico por escrito lo mismo que se puede observar en ellas no es porque no tenga yo algo mejor que decir. Es simplemente porque mi columna a veces la publico en otros medios escritos (en el momento actual en MILENIO, pues) y ahí no siempre se pueden publicar los elementos gráficos.
Bueno, hecha la explicación en descargo, paso a comentar algunas cosillas simples, pero no por ello menos interesantes.
El porcentaje más alto, para el caso de todos los partidos pequeños es, naturalmente, el “No sabe” o “No contestó”, lo que nos dice mucho de su escaso posicionamiento entre la opinión pública. Y las cifras van desde poco más del 50 % con respecto al Partido Verde Ecologista de México (PVEM) hasta más del 80 % en el caso de Alternativa Socialdemócrata. A estos últimos no los conocen ni en su casa, pues.
Los siguientes conceptos, casi en todos los casos, tienen que ver con “Mal Partido”, lo que nos sigue confirmando el enorme desprestigio que han alcanzado, en general, todos los partidos políticos en nuestro país. Pero más aún los de la famosa chiquillada, pues mucha gente los ubica como simples oportunistas.
El resto de las asociaciones que tienen los ciudadanos de Puebla con los partidos pequeños, son, en general, negativas o neutras (prevaleciendo, repito, el desconocimiento sobre ellos).
Y efectivamente, emitiendo un juicio de valor al margen de lo que dice la encuesta (que es un simple ejercicio de medición de lo que opina una muestra representativa de ciudadanos, no lo que opinamos nosotros específicamente, como columnista o lector), creo que los partidos chicos están conscientes de que ni remotamente ganarán una elección importante en Puebla (y el país), aunque siguen existiendo por varios motivos.
Uno es el económico, pues sus líderes ganan un buen dinero proveniente de los subsidios oficiales. Y el otro es el pragmatismo político de convertirse en “bisagras” para lograr acuerdos y negociaciones con los partidos grandes y así obtener una tajada –aunque sea chica- del poder que ganen aquellos en una elección.
El debate sería, pues, el cuestionarnos si es que los partiditos deben seguir existiendo o no.
Unos dicen que sí, porque así se les da espacios políticos a las minorías, que siempre existirán en todo país, además de que es cuestión de tiempo para que crezcan en preferencias. Otros dicen que no, porque los partidos pequeños nunca tendrán posibilidad real de ganar una elección y solo se han convertido en chantajistas y en lucrativos negocios familiares.
Vea las gráficas nuevamente y analice lo que piensa la gente.
Pero le tengo buenas noticias: Hay varios partidos en espera de registro para las próximas elecciones (y algunos necesariamente lo lograrán).
Usted tiene la mejor conclusión.