La nueva corriente cultural en la que las personas se tipifican como Emos (del portugués eu masturbo outros o de la palabra ‘emocional’) ha resultado controversial y rechazada por otros grupos como los darks, góticos, skates y punks y han sufrido agresiones físicas y verbales que ni los hippies recibieron jamás. Les cortan su característico fleco y se descubren forzosamente en peleas a pesar de describirse como pacíficos.