Si un municipio se caracteriza por lo bronco es precisamente Izúcar de Matamoros.
¿Cómo olvidar a finales del sexenio de Mariano Piña Olaya la enorme manifestación contra la inseguridad pública que puso en crisis a la administración priísta?.
¿Ya se nos olvidó que a pedradas bajaron el helicóptero del gobernador, en una gira de Manuel Bartlett Díaz por la región?.
Parece que la historia se olvida sin contar los dolores de cabeza que le produjeron al gobierno de Melquiades Morales los problemas de la región.
Es un pueblo bronco.
Ni duda cabe.
Por eso, resulta incomprensible la postura titubeante del gobierno de Mario Marín para enfrentar la crisis que ya se sabía antes de aparecer a la luz pública.
Primero se utilizaron fondos del Estado para enviar al comisionado para el tema de migrantes, Carlos Olamendi, a hallar respuestas ante la desaparición de Rubén Gil.
Su respuesta –resultado más de la complicidad- fue patética: Está enfermo y son falsas las imputaciones contra el aún edil de Izúcar.
Más tardó en exponer su versión que en estrellarse con una realidad que indicaba ligas de Gil con el narcotráfico.
Después comunicados inconexos y necios de Gobernación.
Se confirmó que hay algo peor que la mentira: La versión oficial de los hechos.
El gobierno del Estado reculó.
Sacó las manos, pues.
El daño, sin embargo, estaba hecho.
Era un asunto de credibilidad.
Nadie creyó al gobierno.
Conforme transcurrieron los días se consolidaron las versiones de prensa que indicaban los lazos de Gil con el narco.
Había que sustituirlo, pero el suplente resultó ser su cuñado.
Todo en familia.
La población, azuzada por grupos de izquierda, manifestó su enojo e indignación.
Hasta una canción en hip hop le compusieron a Rubén Gil en señal de repudio.
Ayer la cúpula patronal pidió la intervención del gobernador Mario Marín y del Congreso del Estado para evitar la ingobernabilidad en Izúcar de Matamoros.
La zona se encamina hacia la anarquía.
Y se olvida la historia.
Sí, las marchas, las pedradas y las mentadas.
¿Para qué despertar al Izúcar bronco?.
Qué necesidad, cantara Juan Gabriel.
LE CIRQUE
Los comensales del exclusivo restaurante Le Cirque se sorprendieron ayer.
Y es que la mesa resultaba más que interesante.
Raúl Salinas de Gortari, el gobernador de Puebla, Mario Marín Torres; el dueño del Heraldo de Puebla, Ricardo Henaine; y directivos de la empresa Cruz Azul.
Que llegarán nuevas inversiones a Puebla.
