A partir de hoy los poblanos tendrán que hacer frente a un enésimo aumento en los precios de bienes o servicios de alto consumo popular, en este primer trimestre del año: Ahora será el costo del pasaje en el transporte público.
En las encuestas que hemos hecho sobre el tema, hay datos que nos indican la importancia del tema: Más de 70 % de los ciudadanos declaran que sí usan el transporte público y la enorme mayoría de ellos califica mal el servicio que otorgan las unidades de las distintas rutas que operan en la ciudad.
En otras palabras, el aumento, de 25 %, sí afectará la economía de la mayoría de las familias capitalinas (y en todo el Estado se autorizarán aumentos similares), cuando de por sí estaban reorganizándose ante el alza de precios en la mayoría de productos de la canasta básica (como hemos visto también en nuestras encuestas). Los aumentos salariales –en los muy contados casos en que se están dando- sólo rondan los 4 o a lo mucho 5 puntos porcentuales.
Pero el debate más importante no es el anterior, que por supuesto es el más obvio. No, la pregunta es por qué la autorización del aumento en estos momentos y a un sector que no hace nada por mejorar, ni en servicio, ni en capacitación, ni en modernización de las unidades (los nefastos cafres de los microbuses siguen matando peatones diariamente y nadie dice ni hace nada).
El último aumento al pasaje se autorizó poco antes de que saliera del gobierno estatal Melquíades Morales, pero después del proceso electoral de noviembre de 2004. Ahora se autoriza también en los primeros meses del año posterior a la elección local (nov. 2007). ¿No resulta curioso?
Pues sí, pero, como siempre, no va a pasar absolutamente nada. El grupo de permisionarios del transporte público es un sector que apoya en bloque al PRI y esta es una factura que siempre queda pendiente de pago. Ahora, aunque el pueblo proteste y se lamente (o se las miente), el aumento está autorizado y punto. El próximo proceso electoral aún queda lejos.
Ajá. Pero también es cierto que poco a poco se va quedando en el subconsciente colectivo el tamaño de la arbitrariedad. Acuérdense: Si bien es cierto que el PRI anda ganando elecciones últimamente, también tengo perfectamente claro que las preferencias electorales en Puebla juegan un puntual ciclo en el que (lo he dicho mucho), a veces gana el tricolor, pero cuando la gente se harta busca un cambio y vota por el PAN, para luego de nuevo empezar.
Por el momento solo es una hipótesis, pero creo que en próximas elecciones le va a ir otra vez mal al PRI. Acuérdense. Toca alternancia otra vez. Y con las alzas, imagínese.
Por lo pronto ¡a disfrutar la abrochada y a gozar los viajes en este transporte público que tenemos, muy similar al de cualquier país europeo!
EL PRI A SUS 79 AÑITOS.
El PRI cumple mañana sus primeros 79 años de vida. Pero en lugar de festejar, los priístas deberían preguntarse a qué PRI pertenecen.
Porque con las dolorosas derrotas de 2000 y 2006, el PRI ha cambiado sustancialmente.
Para empezar, al desaparecer la guía de poder unívoco que representaba el Presidente de la República, ahora los priístas se preguntan a quién obedecer. O más bien, cada quien jala para donde le conviene.
Porque en primer lugar hay una dirigencia nacional que supuestamente controla al Partido ideológicamente, encarnada en la figura de Beatriz Paredes Rangel.
Pues sí, pero hay otro bloque de poder fáctico tricolor en los líderes de las bancadas en el Congreso de la Unión. Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gambioa se mueven solos, sin consultar mucho a Paredes e incluso a veces, confrontados ellos mismos.
Finalmente, en cada Estado, los Gobernadores priístas también se mandan solos y manejan los procesos electorales locales a su conveniencia.
Claro, cada una de las aristas de este triángulo de poder tiene también su propia agenda en cuanto a la búsqueda de la Presidencia de las República. Beatriz Paredes es paciente y quiere ser, sin lugar a dudas, candidata a la Presidencia, en una época en la que se ha puesto “de moda” el que las damas ganen elecciones.
Pero Manlio Fabio Beltrones (sobre todo, aunque Emilio Gamboa también acaricia la idea, tiene menos posibilidades por el momento) ya también mueve todo un plan para ser él el próximo candidato del PRI a la Presidencia (ya asesora a numerosos pre-candidatos a Gubernaturas o Alcaldías que en su momento serán aliados en su intención de llegar a la grande).
Y el grupo de los Gobernadores tricolores también tiene sus gallos, aunque ahí sí cada quien abona la tierra en su provecho. Hay por lo menos cuatro o cinco Gobernadores del PRI que quieren ser candidatos a la Presidencia. Anote usted ya a Enrique Peña Nieto de Edomex., a Fidel Herrera de Veracruz, el neolonés Natividad González Parás también sueña, igual que Humberto Moreira en Coahuila. Vamos, dicen que hasta la yucateca Ivonne Ortega ya pregona que no la descarten, pues es la hora de las mujeres….
Aumente usted a todo este panorama el poder de movilización (menguado, pero existente) que aún tienen los sindicatos priístas (SNTE, CTM, FROC-CROC, FTSE, etc.) y cómo van a jugar con sus apoyos y juegos clientelares.
En este contexto, ¿quién controla al PRI? ¿Quién va a coordinar los esfuerzos para ganar elecciones federales? Localmente el PRI gana, sí, pero a nivel federal no hay un plan que aglutine a todas las fuerzas.
Incluso, de acuerdo a las circunstancias, en ocasiones los planes electorales del PRI a nivel federal no concuerdan con los de los Gobernadores en cada Estado, quienes negocian por su lado. Digo, en Puebla tenemos ejemplo claro de lo anterior.
Entonces… ¿a qué PRI felicitamos este 4 de marzo?