De acuerdo a lo que nos enteramos ayer mismo, el famoso Hospital General de la Zona Norte, recientemente inaugurado por el gobierno estatal en la capital poblana, no puede funcionar porque en realidad no estaba terminado al momento del acto oficial, la semana pasada. Una vacilada, pues.
Ayer también nos enteramos que dicho nosocomio, aún cuando se hubiera terminado en obra y equipamiento, tampoco funcionaría, porque hacen falta unas 500 personas para que eso sucediera. Al momento solo cuenta con unos 80 elementos, de acuerdo a lo que ayer señaló el líder sindical de la Secretaría de Salud, un tal Malcolm (ni Mc Dowell –Naranja Mecánica, para cinéfilos-, ni el “de en medio”, para teléfilos) Ramírez.
Pero ayer mismo también, el propio Secretario de Salud, Roberto Morales Flores, aceptaba que el Hospital del Norte no funciona aún cuando fue inaugurado y la verdad no tiene idea para cuándo podría estar en condiciones de trabajar al 100 %. Todo ante las molestas preguntas de los chicos de la prensa.
Ayer también trascendió que en el Hospital de la Mujer ocurren un buen número de irregularidades provocadas por su ineficiente Director, un tal Armando Cáceres, quien ha desatado un ambiente de persecución a quienes no son de sus simpatías, además de tener dicho centro de salud hecho un relajo.
Y aún hay más. Todo mundo sabe que la Secretaría de Salud es el área del Gobierno estatal que cuenta con más recursos (después de la SEP, otro desastre), pero también se sabe que es donde abundan numerosas transas.
Fuentes internas me comentan que los pagos a proveedores (millones de pesos) son totalmente irregulares y que solo se favorece a quien ordena José Luis Palafox Krayevski, quien controla pagos y favores ($$), todo de acuerdo a lo que se autoriza desde la oficina superior. Y todo se sabe en Casa Puebla.
Lo anterior no tendría nada de extraordinario. Son noticias que ya se han comentado.
Pero aquí viene un acertijo.
¿Quién es el Secretario estatal que ajeno a preocupaciones y malos resultados, ayer departía alegremente con amigos (entre ellos un tal contador Sorcia que le lleva varios asuntillos) en el exclusivo y carísimo restaurante “Angus” de la autopista Puebla-México?
Dicen quienes lo vieron que chacoteaba de lo lindo conquistando bellas mandiles (hostees, edecanes…) y que su preferencia es la carne argentina… Todo a costa del erario. Desde luego, es cliente frecuente y las chicas lo miman preferencialmente. Y cómo no.
Todo un galán otoñal, pues.
Los celulares con cámara son una auténtica maravilla.
¡Salud!
LA VERDAD SOBRE LA CRISIS BURSÁTIL.
La caída de la mayoría de Bolsas de Valores en el mundo fue una auténtica bomba que el Presidente Felipe Calderón ha querido ingenuamente minimizar.
Efectivamente, las operaciones bursátiles son absolutamente ajenas a la enorme mayoría de mexicanos, pero el efecto de una crisis en ese ámbito sí que afecta a esa misma masa popular.
Si la economía de Estados Unidos entra en un proceso recesivo sí que habría repercusiones negativas en la economía mexicana.
Los norteamericanos son nuestros mayores socios comerciales y nuestras exportaciones irían a la baja, ante ausencia de mercado. Pero creo que eso es obvio y quizás no sea lo peor.
No. La bronca radica en que el sector con la más grave problemática en Estados Unidos es el de la construcción, por la crisis de las hipotecas en viviendas. En otras palabras, no habrá más crecimiento de la industria de la construcción de viviendas.
Y el pequeño problema para nosotros es que la gran mayoría de albañiles en Estados Unidos es de origen mexicano. Y esos trabajadores son proveedores de la segunda fuente de divisas de nuestro país, o sea las remesas.
Al no haber chamba para ellos, no solo no habrá remesas (quebrando a muchísimas economías locales-municipales en todo el país, que literalmente viven de los envíos de dólares), sino que muchos de esos paisanos optarán por regresar a su terruño… ¿qué hacer con ellos si aquí menos hay fuentes de empleo?
De algo tendrán que sobrevivir. ¿Ambulantes? Si bien les va. ¿Delincuentes? Muy probable también.
Así que Felipe Calderón mejor no ande diciendo que todo está bajo control.
Esas pantereadas siempre son contraproducentes.
