Por Alejandro Mondragón
Los históricos museos de Puebla terminan el sexenio como la mayoría de los poblanos: despreciados y despojados de su patrimonio.
El ejemplo representativo es, sin dudarlo, el Museo Regional de la Casa del Alfeñique.
Lo cerraron al público para transformarlo -ooootra obra de rescate- en una fonda de comida (Pancito Tun, Tun). Sí, así como lo lee.
Ahora encontrará en el lugar deliciosos emparedados, eso sí, muy barrocos.
Es el puto colmo. Lo peor, ninguno de la Legión Cultitis de Puebla ha expresado su rechazo. Silencio cómplice.
En el 2010, fue rescatada con cambio en instalaciones hidrosanitarias, eléctricas y de seguridad. La inversión ascendió a los 30 millones de pesos, reportó en la glosa del VI Informe el último secretario de Cultura, en la gestión marinista, Alejandro Montiel Bonilla.
Pues desde el 2014 empezó este museo a sufrir el traslado -¿saqueo?- de piezas barrocas al MIB, obra magna morenovallista, y ahora abrieron la franquicia fast food.
La empresa Consorcio Constructor Río Alseseca, sin especialidad en el tema museográfico, realizó la nueva obra de rescate por 9.7 millones de pesos.
El concurso con número de folio SFA-OP-IF3-2016-030 está a nombre de “Intervención al Museo Casa de Alfeñique” en las plataformas de CompraNet, y las obras tardarían durante 90 días, por lo que debería estar terminada desde el 5 de octubre.
Conforme la convocatoria, las obras para esta casa incluyen el retiro de vigas de madera, que están en mal estado y se integrarán “muros falsos” y plafones hechos de durock con el fin de crear unos nuevos baños.
Igualmente se harán trabajos de albañilería y pintado en el interior. En el caso de las paredes con pintura mural, se aplicarán renovaciones bajo la vigilancia del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
También prevé cambio de pisos, muros, sumando la fachada, así como la renovación de la red eléctrica que incluye un nuevo sistema de vigilancia de circuito cerrado y la instalación de internet inalámbrico y un elevador.
Para que tenga una idea de su valor, este museo cuenta con una colección conformada aproximadamente por mil quinientas piezas que se exhiben en 16 salas entre las que destacan: códices, planos y fotografías de gran valor para el estudio de la región poblana, además de pinturas al óleo sobre la batalla del 5 de mayo. Entre ellos, sobresalen el lienzo y el códice de Quauhquechollan (siglo XVI), los óleos Beato Sebastián de Aparicio, de Félix N. (siglo XVII) y La fiesta, de Rafael Rodríguez (siglo XIX), entre muchos otros.
La Casa del Alfeñique contaba con lo más sobresaliente del acervo de arte del barroco novohispánico.