Por Jesús Manuel Hernández
Si Rafael Moreno Valle se promueve en espectaculares so pretexto de aparecer en portadas de revistas de poca influencia, por qué Juan Carlos Lastiri Quirós no habría de hacerlo. Esto se preguntaron hace unos meses los impulsores de la precandidatura del serrano que vendrá a ser un aliado de la tradicional oligarquía poblana.
Miembro de una de las familias más poderosas de Zacatlán, emparentado con Miguel Quirós Pérez y cercano a los intereses de los principales desarrolladores de zonas habitacionales en Angelópolis, el actual subsecretario de SEDATU viene impulsando su proyecto personal bajo la capa protectora primero de Rosario Robles y ahora de los empresarios locales para el 2018, bajo la frase usada por Peña Nieto en su campaña, “Mover a México” se ha convertido para Lastiri en su premisa a través de “Mover al Partido”, en unos meses cambiará por “Mover a Puebla”.
Su activismo ha levantado los ánimos de los demás, sobretodo de quienes no tienen el dinero para el impulso propio, y por supuesto generado un ambiente cismático al interior del PRI poblano donde Jorge Estefan Chidiac no ha podido controlar los daños, tanto que Enrique Ochoa Reza tomará cartas en el asunto.
¿A quién beneficiará Ochoa? ¿Acaso a Lastiri, a Dóger o Armenta? Seguramente a los tres les pedirá lo mismo, pero en los acuerdos no escritos es claro que la baraja será inyectada con nuevas caras, Ricardo Urzúa, a quien pocos conocen en Puebla, se ha sumado a la tentación de figurar en la lista, con clara sumisión a Lastiri.
Juan Carlos se apareció el sábado 26 por el Portal Hidalgo, una mesa de reporteros lo esperaba en el Royalty; no es común verlo en el zócalo, menos tomando café en el portal, costumbre ciertamente poblana y por desgracia caída en el uso de los políticos emergentes, arribistas, que buscan reflectores.
Rodeado de un cuerpo de seguridad propio de su investidura favoreció el consumo de hamburguesas y refrescos en la franquicia al lado del tradicional Royalty, cruzó la Juan de Palafox sin voltear a los lados, se plantó frente a la fuente de San Miguel para hacer declaraciones a las reporteras.
En fin, Juan Carlos se dio un baño de pueblo, zocalero para que lo conozcan e intentando “mover al partido”.
O por lo menos así me lo parece.
