Por: Valentín Varillas
Sigue el coqueteo político entre Andrés Manuel López Obrador y Manlio Fabio Beltrones.
La más reciente prueba se dio apenas ayer, cuando el tabasqueño le dio una implícita pero contundente bienvenida al priista, en caso de que se decida a sumarse a su proyecto político.
El portal MVS Noticias publicó la respuesta de “el Peje” a pregunta expresa sobre su opinión en torno a la declaración de Manlio Fabio en el sentido de que si AMLO gana las elecciones, “no sería una “mala noticia”:
“López Obrador dijo que hay militantes y dirigentes de otros partidos convencidos de que el país necesita un cambio de gobierno, de modo que para “mujeres y hombres de buena voluntad” que quieran unirse para transformar al país, las puertas de Morena están abiertas”.
Así de claro.
Así de contundente.
Es evidente que entre estos personajes no ha existido, todavía, un encuentro personal.
Vamos, ni siquiera se han sentado las bases que podrían normar un potencial acuerdo para sumar juntos en la coyuntura del 2018.
Sin embargo, es claro que entre López Obrador y Beltrones, hoy existen mucho más coincidencias que diferencias.
Ambos tendrán que remar en contra de los intereses electorales del actual grupo en el poder, como estrategia única de supervivencia política.
Ninguno tiene cabida, ni en el remoto escenario de que el “peñismo” pueda imponerse en la presidencial, o bien en el más probable: que se selle un pacto de grandes alcances con quien más posibilidades tenga en Acción Nacional.
El inicio del coqueteo se lo platiqué en este mismo espacio el 17 de julio pasado https://www.statuspuebla.com.mx/2016/07/17/bartlett-puente-entre-amlo-y-manlio-fabio/.
La publicación ameritó una amable, pero airada reclamación vía telefónica por parte del senador Manuel Bartlett, a quien mencionaba como un “puente” entre López Obrador y Manlio Fabio, a través del trabajo conjunto de operadores de ambos.
Evidentemente me lo negó.
Aseguró en la conversación que él “no era puente de nadie” y que “no sumaría nada con un personaje (Beltrones) con el que no existía la menor coincidencia en lo político”.
Hasta ahí, todo muy bien.
Sin embargo, el ex gobernador de Puebla fue más allá.
Me dijo que pensar que alguien como Andrés Manuel López Obrador pudiera pensar siquiera en tender puentes de entendimiento con alguien como Manlio Fabio y lo que representaba en la política nacional, resultaba por lo menos “fantasioso”.
Así me lo expresó, con todas sus letras.
Para Don Manuel, el escenario planteado era producto de la más extrema elucubración y no de un análisis basado en evidencias concretas.
¿Qué pensará ahora?
¿Admitirá por fin, como le dije en aquella ocasión, que en la surrealista política mexicana, la realidad supera a la ficción?
A ver si existe una segunda llamada.
