Lo que pudimos ver y oír (por cierto pésima producción del IFE), es a dos candidatos contra uno, y otro más quejándose de sus colegas, aunque éste sí hizo algunos planteamientos concretos.
Los lances, acusaciones, señalamientos, reproches fueron: entre Enrique Peña Nieto y Josefina Vázquez Mota, y entre Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador.
Mientras que Gabriel Quadri, además de criticar a sus adversarios por estarse peleando, fue quizás el único que hizo varios planteamientos concretos, aunque le faltó puntualizar cómo los llevaría a cabo.
Cuando se les planteó la pregunta del “subtema” económico y cómo manejar los recursos que obtiene el gobierno, contestaron sobre aspectos de seguridad social para todos, educación, quitar subsidios.
Pero no concretaron lo que más preocupa a la población en general: qué y cómo harán para que el país acelere el crecimiento; salga de este estancamiento económico; que haya empleo y mejor remunerado.
Ninguno de los cuatro mencionó una política económica o una política industrial efectiva para que México crezca y no esté dependiendo de lo que haga o deje de hacer su vecino del norte.
En los 54 días que restan de campañas políticas es de desear que mejore el nivel de la contienda, que los aspirantes realicen propuestas concretas.
¿Será que lo puedan o quieran hacer los candidatos?
Robo del 5 de mayo
El 5 de mayo dejó de ser un festejo netamente popular, pues con la visión de “modernizar” y darle “orden” al desfile cívico-militar, que era el principal atractivo, se convirtió en un pase lista ante las autoridades federales y estatales, y sus invitados.
La gente, los ciudadanos poco o nada pudieron disfrutar de los diversos eventos organizados y ordenados por el gobierno estatal.
A los poblanos les robaron su desfile.
Calderón por primera vez se quedó al desfile en Puebla, algo que no ocurrió en los cinco años anteriores de su mandato y de asistir a la ceremonia del 5 de Mayo.
Aún se recuerda el último desaire de 2011, cuando ya habían pasado los contingentes militares, detuvo (literal) el desfile y Calderón se retiró, ya no vio el paso de los escolares. En años anteriores sólo había asistido a la ceremonia ante el mausoleo del Zaragoza para tomar la protesta a jóvenes que concluyeron el Servicio Militar Nacional.
En este año, para quienes estaban en la calzada de Oriente, con el Presidente Calderón, el gobernador del estado, sus familiares y sus invitados, el paso de los contingentes fue espectacular, maravilloso; muy diferente a lo que vio y vivió el resto de la población.
Ahora fue un desfile que cambió desde su esencia y de última hora el trayecto.
La zona de Los Fuertes se convirtió en una zona privada.
Ahí se realizó la ceremonia de toma de protesta a quienes concluyeron el Servicio Militar Nacional; ahí el desfile; ahí la comida; ahí el principal espectáculo nocturno.
Para no incomodar a las autoridades y sus invitados especiales, pues fácil se cerró la feria y, de última hora, hasta se canceló el palenque.
Por consiguiente, a la población en general se le quitó el desfile popular, la feria, y aún más no pudieron ni siquiera disfrutar de la zona de los Fuertes recientemente “mejorada” o rehabilitada.
El desfile resultó ser “conceptual” por el repaso histórico que se manejó, si bien la ocasión lo ameritaba, no había razón para evitar que los contingentes escolares portaran el nombre de sus planteles, así que el público no sabía a cuál institución pertenecían los jóvenes. (Por cierto, los dragones chinos nada que ver, pues eran las sobras de los Panamericanos).
En el desfile al menos una línea podía haberse incluido en cada contingente con los jóvenes portando sus uniformes o el nombre de su escuela.
Aunado a que se impidió el paso a la gente, ni familiares de los estudiantes y militares, turistas ni poblanos pudieron disfrutar del “tradicional” desfile, máxime que ´de última hora se modificó y recortó el trayecto, con lo cual cientos se quedaron con las ganas de ver el paso de los contingentes.
Concentrar todos los festejos en un solo lugar resultó ser el mayor error.
Si bien la calidad de los carros alegóricos podría mantenerse para los próximos desfiles, no necesariamente a cargo de una empresa productora nacional o extranjera, el desfile tendría que devolvérsele a la población, y que regrese al recorrido de ataño, es decir al Bulevar Héroes 5 de Mayo, y que no se vuelva a cerrar la Feria, porque de todos modos el próximo Presidente -supuestamente- vendrá a la ceremonia oficial cada 5 de mayo.
Y, ¿ya habrán aprendido o aceptado que cada 5 de mayo llueve en Puebla?