Busco el pasaporte y la foto también es negra y, para colmo, descubro que soy argentino. Dios mío, ¡no puede ser!.
Me siento, hecho polvo, en una silla… ah cabrón!… tengo una pierna de plástico… y la silla… es de ruedas, lo que significa que, además de ser negro y argentino, también soy un discapacitado.
!¿Qué es esto?¡, es imposible que yo sea todo esto.
Alguien por atrás me toca y me dice que me calme… era Arturo, mi novio.
Lo que me faltaba… también soy homosexual y además con sida, según dice mi cartilla de salud.
Carajo, en medio de toda esta desgracia, busco mi jeringa… ¡Señor, no es posible! ¡¿negro, argentino, discapacitado, homosexual, farmacodependiente y seropositivo?!
Desesperado, empiezo a llorar, a tirarme del pelo y… ¡noooo!… soy calvo.
Suena el teléfono y es mi hermana Paulina que me dice ‘¡desde que murieron mama y papá, lo único que haces es drogarte y quedarte ahí tirado, sin nada que hacer, en todo el día! ¡Búscate cualquier trabajo, el que sea.’
Si, también soy huérfano y para acabarle de joder, también soy un huevón.
Intento explicar a mi hermana lo difícil que es encontrar un trabajo el que sea, cuando se es negro, argentino, discapacitado, puto, drogadicto, seropositivo, calvo y huérfano, pero no lo consigo, porque… porque también soy mudo!
Trastornado, cuelgo el teléfono con la única mano que tengo… ¡Uh, que la chingada!… soy manco… bueno, el caso es que, con lágrimas en los ojos, me acerco a la ventana a mirar el paisaje.
Hay montones de patrullas y varias vecindades alrededor, frente a mi ventana hay una barda que tiene una narco manta…y un muerto sin cabeza
Siento una molestia en el marcapasos.
¡No mames..! Además de negro, argentino, discapacitado, puto, drogadicto, seropositivo, calvo, huérfano, mudo, manco y cardiaco, vivo en Veracruz!
En ese momento se me acerca mi novio Arturo, quien con lágrimas recorriéndole el rostro me dice con voz aguda y quebrada:
‘Cariño, no te preocupes… veras que el presidente Calderón va a arreglar las cosas…
¡Puta Madre…! ‘¡¿TAMBIÉN SOY PANISTA?!