Los derechos y obligaciones en la Constitución, las leyes y normas aplicables en cualquier tema de interés público, tienen carácter de obligatorios para la ciudadanía.
El ciudadano de a pie no lo sabe, pero la Ley es clara. Un principio jurídico, reza que el desconocimiento de la ley, no exime de su cumplimiento. Lo que establece la primera violación a los derechos y obligaciones de los mexicanos.
Un pequeñísimo porcentaje de la población conoce sus derechos y obligaciones. Las grandes masas, en especial las que viven en pobreza extrema o las que con seis mil pesos tienen que lograr el sostenimiento de una familia, los desconocen.
El conocimiento de los derechos y obligaciones, es como muchas cosas en este país, retorica. Los legisladores, el Poder Judicial y el Ejecutivo no pueden demostrar que sus gobernados tengan conciencia real de ellos.
Solo podrán conocerlos, cuando la información llegue a la ciudadanía. Situación difícil de lograr en un país donde la Constitución se reforma constantemente, las leyes cambian y nadie sabe qué está vigente y que no lo está.
El derecho y la obligación dependen de la conciencia. La norma es letra muerta en el sistema de justicia que nos toco vivir. Porque pierde su papel de instrumento de regulación de la conducta social.
El desconocimiento de los derechos y obligaciones, a pesar del principio jurídico de que nadie es eximido de responsabilidad por alegar desconocimiento de la ley, causa conflictos que terminan en litigio, si tienen la suerte de no terminar en justicia a mano propia.
Lo increíble es que todos los conflictos, debieran resolverse por la mediación. Bastaría que la parte en conflicto, que falto a su deber lo reconozca y esté dispuesta en condescender con el justo reclamo de la parte afectada en su derecho.
La utopía, daría mejor calidad de vida a la sociedad, y sería el inicio de una nueva forma de convivencia, pero por utópica esta propuesta pierde su validez.
Los Ministerios Públicos están atiborrados de Averiguaciones Previas, donde los que faltaron a su deber se defienden como gatos, de los que los denunciaron por haber violado sus derechos. Situación normal entre mexicanos, porque en este país, nadie quiere dar a torcer su mano, ante el reclamo de la justicia, cuando existen mil formas extrajudiciales de evadirla.
Los médicos, no están entre la parte de la masa desinformada, tuvieron acceso a formación profesional universitaria y conocen la existencia de los derechos y obligaciones, por eso es, resulta inexplicable que teniendo conciencia de la ley y sus alcances, evadan su responsabilidad cuando saben que son culpables de haber violado el derecho a la salud de un conciudadano, negándose a cumplir su obligación de reparar el daño.
Por fortuna, son más los médicos que trabajan dentro de la previsibilidad y los protocolos médicos que indican las Normas Oficiales Mexicanas. Los que siguen creyendo en que “el respeto al derecho ajeno es la paz” cumplen sus derechos y obligaciones. Ojala su número, fuera capaz de inducir a las Instituciones de Procuración de justicia y de Regulación Sanitaria del Sector Salud para que al menos en el campo de la salud, sea posible vivir la utopía.
*Asociación de Víctimas de Negligencia Médica e Impunidad Judicial en Puebla .gustavovargas01@hotmail.com
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