El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, fijó como meta recortar en un tercio las importaciones de petróleo de su país para 2020.
En un discurso en la Universidad de Georgetown, donde expuso sus propuestas sobre seguridad energética cuando los precios del crudo alcanzan niveles récord, Obama indicó que cuando llegó al poder, Estados Unidos, “importaba 11 millones de barriles diarios. En algo menos de una década, habremos recortado esa cifra en un tercio”.
Obama no es el primer presidente empeñado en terminar con la dependencia energética.
Otros mandatarios, a partir de Richard Nixon, tuvieron objetivos similares con poco éxito: Estados Unidos sigue siendo el mayor consumidor de petróleo en el mundo y recibe más del 60 por ciento de su petróleo de fuentes extranjeras.
Los precios de los combustibles han subido este año, en parte debido a la inestabilidad en el Oriente Medio.
La Casa Blanca quiere demostrar que Obama comprende la carga que estos aumentos tienen sobre la clase media.
