La tensión geopolítica en el Medio Oriente y África del Norte ponen el peligro la sostenibilidad de la recuperación económica mundial y se vuelve un factor de riesgo para la inflación en México, aseguró el Banco Central.
“El agravamiento de riesgos geopolíticos se ha traducido en alzas en las cotizaciones internacionales de los energéticos”, factor de riesgo para la inflación mexicana.
Los participantes en el Banco de México plantearon que la mayor volatilidad de los precios de los energéticos repercutiría, en el país, en las tarifas eléctricas de alto consumo, en los precios del gas natural y el precio de la turbosina.
“No obstante, el impacto de una mayor volatilidad en los precios internacionales de los energéticos sería atenuado por la política de desliz para los precios internos de las gasolinas, el gas licuado y las tarifas eléctricas ordinarias”, detalló el Banco de México.
Todos los integrantes de la junta de gobierno coincidieron en que el balance de riesgos para la inflación se ha deteriorado desde la reunión de enero.
Todos los miembros de la junta coincidieron en que el aumento en el precio de materias primas significa un mayor riesgo para la inflación en el país. Sin embargo, un miembro de la junta destacó que la vulnerabilidad de la inflación en México a los choques en precios de los energéticos es menor que en otras economías debido a la política del Gobierno Federal que aisla los precios internos de las presiones externas.
Un miembro de la junta manifestó su preocupación por el impacto en las expectativas del público de los recientes aumentos de precios en productos especialmente sensibles para la población como los alimentos, expuso.
A su vez, un integrante de la junta de gobierno consideró que en la evolución reciente de la inflación, se puede reflejar la disminución de precios de servicios en algunas zonas del país debido a la inseguridad.
En la reunión, los participantes expusieron que ante las alzas en los precios petroleros por conflictos en Medio Oriente y África del Norte, existe el temor de interrupciones prolongadas en la producción y abastecimiento del petróleo proveniente de esa región, en un contexto donde los inventarios globales disminuyen.
Agregaron que el factor energético refleja un efecto incierto en el mediano plazo provoca aversión al riesgo.
