Por Jesús Manuel Hernández
Eran otros tiempos, cuando no había Redes Sociales, la radio en Puebla era la principal fuerza de generar opinión pública. Solo había dos noticiarios, y el público se definía o por el oficialista o el otro.
Después surgieron más programas noticiosos y la audiencia se dividió, los segmentos más demandantes seguían siendo aquellos donde lo “oficial” era cuestionado, o al menos puesto en duda.
La llegada de Manuel Bartlett en 1993 trajo nuevas prácticas debido a su historial en el Gobierno Federal, así el tema de “encuestas” cobró fuerza, pero no para “divulgarlas” más bien para tomar decisiones. El área de “comunicación” cobró aún más fuerza, se alejó de la elaboración de boletines y firma de convenios, se crearon áreas específicas para generar estrategias en cuanto a cómo gobernar y frenar a la oposición. Una buena parte de esas estrategias pasaban por las cabezas de Guillermo Heitler Aroste, Jesus Hernández Torres, Rubén del Castillo y otros.
Así, la función de la estrategia de comunicación tomó un camino que dejó huella.
Como anécdota. Un poco antes de las elecciones intermedias, la sociedad empezó a definirse por los precandidatos, y tomó fuerza al denunciar a través de llamadas telefónicas a los programas de noticias, donde a veces se les daba cabida, incluso se abrían los teléfonos para pasar llamadas al aire.
Sucedió lo que se pronosticaba, eran más las denuncias en contra que las felicitaciones.
Así que la oficina de Reforma 703 fue escenario para generar una campaña para defender al gobierno y restarle fuerza a la oposición. ¿Cómo lo hicieron?
Simplemente crearon un departamento con muchas líneas telefónicas y una buena cantidad de personal que monitoreaba los programas y cuando detectaba entrevistas en contra o comentarios de los conductores, se accionaba la orden y el personal preparado para eso empezaba a hacer llamadas generando así una reacción a favor del gobierno.
Los resultados no fueron del todo buenos, la elección intermedia la ganó Gabriel Hinojosa y el candidato oficial Germán Sierra Sánchez cargó con la derrota.
Pero la estrategia de comunicación no se cerró, por el contrario creció y se multiplicó.
Estas acciones se han ido modificando con la llegada de las Redes Sociales, hoy son más sofisticadas, cobran fuerza en la medida en que hay recursos económicos y voluntad política, o sea se ha profesionalizado y cualquier similitud con el pasado, es mera coincidencia.
O por lo menos, así me lo parece.
