Por Valentín Varillas
El rector de la UDLAP, Luis Ernesto Derbez, quien fuera secretario de estado en el gobierno de Vicente Fox, hizo un análisis durísimo, pero muy realista, de la realidad que vive el PAN en Puebla.
Ante medios de comunicación, lo calificó como un partido “perdido”, “sin ideas” y con una dirigencia improvisada que “no proyecta un plan a largo plazo”.
Demoledoras frases para alguien de “casa” quien, con toda honestidad y valentía, adelanta un futuro francamente oscuro para el blanquiazul.
Y mire que la han pasado mal.
Derrota por 900 mil votos en la elección a gobernador del estado.
Derrota por 120 mil votos en la elección a presidente municipal de Puebla.
Derrota en los 16 distritos federales poblanos, incluyendo por supuesto los 4 de la capital.
Derrota en los 26 distritos locales del estado, 7 en la capital, por casi el doble de los votos.
Los números fríos arrojan una verdad contundente: Augusta Díaz de Rivera y Jesús Zaldívar son los peores dirigentes que ha tenido el blanquiazul en la entidad, desde que en México el voto realmente cuenta para la elección de gobernantes.
Su incapacidad para diseñar y operar una estrategia electoral que les sumara sufragios en las urnas fue monumental.
Y el ridículo, histórico.
La buena noticia para militantes y simpatizantes de la derecha poblana es que estos personajes que tanto daño hicieron ya no tienen un cargo en los órganos de dirección del partido.
La mala, es que los de mayor peso específico en la vida pública poblana auguran que la cosa se va a poner peor.
Mucho peor.
Que no han tocado fondo todavía.
De comprobarse el pronóstico hecho por alguien de los suyos y que además ya ocupó puestos de primer nivel en la política nacional ¿se imagina lo que se les viene?
