La historia es constructora principal del constitucionalismo. Hemos indicado que es la historia de las personas y de las instituciones, a través de sus vivencias, quienes le dan sentido al contenido de nuestra Constitución.
El 5 de mayo de 1862 es para los poblanos la fecha más importante de nuestras experiencias en el México independiente. Desde luego que recordamos la invasión del Imperio napoleónico al territorio de México y nos llena de orgullo el que en esa gesta heroica se defendiera la Independencia y Soberanía de la Nación mexicana.
Pero lo anterior sin mengua de ninguna especie no es el elemento único que nos debe llevar a valorar la historia de la relación del pueblo francés con el pueblo de México, pues es indudable que históricamente han sido inmensas las aportaciones de la cultura francesa en favor del mundo y particularmente, de los mexicanos. Buscando siempre ser propositivos recordemos algunos sucesos trascendentes que han influido en nuestro nacionalismo
El descubrimiento de América desencadenó una serie de acontecimientos en todas las actividades humanas, algunas de las cuales podemos considerar como necesarias pero injustas como fue el coloniaje. De otro lado, aparece la modernidad que pretende entre otras cosas, explicar la realidad bajo un pensamiento científico y sistémico.
¿Cómo entender la vida contemporánea sin las aportaciones del ciudadano francés René Descartes?, quien además de filósofo y abogado, fue reconocido también como excelso matemático y a él se le debe el desarrollo de lo que se conoce hoy como coordenadas cartesianas a partir de las cuales, es posible medir los procesos y compararlos para conocer si se actúa correctamente o no. La aplicación práctica de los modelos matemáticos es indispensables para explicar la realidad y tratar de influir en ella. Ello influye en nuestro desarrollo.
La Ilustración francesa conocida también como Enciclopedismo es sin duda uno de los elementos intelectuales más destacados de la modernidad, pues gracias a ellos se profundizó en nociones como la república, la seguridad jurídica, la democracia, la igualdad y la libertad. Diderot, D´Alembert, Voltaire y Rousseau son autores universales que nos permiten hoy comprender mejor a la sociedad y que hoy denominamos civilización y que igualmente influyeron en nuestra vida jurídica mexicana.
De Francia también tenemos el Código Civil del 21 de marzo de 1804, que viene a ser la consumación de la Revolución Francesa, y sus redactores consideraron que al basarse en la razón estaba llamado a aplicarse a todos los pueblos del mundo. Se piensa que este código efectuó la síntesis del antiguo Derecho y de las conquistas revolucionarias. Entonces, se produjo un movimiento codificador, que repercutió no sólo en Europa sino también en nuestra América. En general después de la independencia de las naciones de toda América, las leyes, como es normal, se vinculaban a España, fueron derogadas o dejadas sin efecto, pero no en el caso de la legislación civil ya que, al menos en el siglo XIX, se sigue el modelo francés. Napoleón dijo que impera en nuestra legislación civil muchos principios derivados del Código napoleónico.
En este momento es Francia quien representa los valores de independencia y libertad que buscan las ex-colonias, y es el Código Napoleónico el que acogen porque coincidían con sus ideales. En México el mundo podría olvidarse de él pero que si lo recordarían por su código civil.
Por otro lado, la Revolución francesa trasladó a la práctica de la vida social y política postulados que hoy estimamos naturales e indispensables pues ya nadie puede contradecir que la libertad y la igualdad como supuestos políticos y jurídicos resulten aceptables, dado que toda constitución y toda ley que se digne de ser moralmente admisible parte del supuesto de la igualdad entre los seres humanos y de permitir el mejoramiento de los espacios de libertad.
La democracia contemporánea no se entiende sin la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y de los Ciudadanos de 1789 hecha por Francia, la cual formuló postulados que de manera directa modificaron a las constituciones para dotarlas de mecanismos prescriptivos y de defensa de los derechos fundamentales. Desde luego que el Estado contemporáneo y las constituciones avanzadas han recibido aportes de experiencias como la norteamericana, la inglesa, la española o incluso la mexicana, pero sin duda las aportaciones francesas, en una visión hacia el pasado, resultan formidables en el presente.
La Constitución de 1857 no fue comprendida a cabalidad y como dijo el Maestro Daniel Cosío Villegas "el juicio general acerca de ella, es más bien gratuito y descansa sobre todo en reacciones emocionales gruesas y no en consideraciones inteligentes y afinadas", lo que produjo para México una confrontación innecesaria de tres años de guerra interna y de cinco años de intervención extranjera; pero visto a la luz de la Batalla del 5 de mayo es un suceso más de incomprensión del contenido e intención de la Constitución de 1857 en sus búsquedas de libertad e igualdad, por lo tanto, debemos tener presente ese pasado y no caer en la tentación de repetirlo y comprender que Francia es más grande que los afanes imperiales de un Napoleón III siempre decadente, palabras que el mismo Víctor Hugo dirigió en una carta a los habitantes de Puebla, señalando que se encontraba con nosotros, que un atentado en contra de nuestra República mexicana es la continuación del atentado contra la república francesa, y que si resultábamos vencedores, nos ofrecía su fraternidad de ciudadano, y si en caso contrario, resultábamos vencidos, sería su fraternidad de proscrito, y que, finalmente, Francia no era quien nos hacía la guerra, sino el Imperio.
Francia aportó y aporta a México sus ideales de libertad, igualdad y fraternidad; de respeto al hombre en su dignidad, todo ello lo hemos plasmado de una u otra forma en nuestra Constitución. Por eso tuvo razón Víctor Hugo; la República y con ello Francia esta con nosotros, "Esperad, vuestra heroica resistencia se apoya en el Derecho y tiene en su favor la certidumbre de la justicia".
