Por Jesús Manuel Hernández
El pasado 19 de agosto la Iglesia Católica celebró a San Eudes, el fundador de los Euditas, la Congregación de Jesús y María, promotor del culto litúrgico del Sagrado Corazón y fundador del instituto para regenerar a mujeres del mal vivir, un asunto que no tiene nada que ver con el tema de la columna de hoy.
Pero la fecha coincide con la apertura formal de la sucesión por la Presidencia Municipal de Puebla, capital, al menos en el sector representado por MORENA.
La diputada Laura Artemisa García Chávez, 55 años, dio el paso definitivo para mostrarse públicamente como legítima aspirante a suceder a José, “Pepe”, Chedraui, en el gobierno municipal, presuntamente avalada por el jefe político de su partido y demás huestes que la acompañaron a inaugurar su casa de gestión, curiosamente el inmueble fue utilizado hace algunas décadas por otro aspirante, pero del tricolor.
Para entender el escenario vale la pena comentar que hace un par de meses la dirigente nacional de Morena, Luisa María Alcalde, llamó por separado a algunos militantes, fundadores del movimiento en Puebla, con quienes intercambió información sobre las condiciones políticas de la capital y algunos otros distritos considerados en riesgo para la elección de 2027.
Hasta donde se sabe, Chedraui no fue convocado. Tampoco la diputada García Chávez.
Esta circunstancia hace suponer que, en Puebla, capital, habrá, de entrada dos grupos enfrentados por conseguir candidaturas, uno el mismísimo gobernador, que trae varios hilos de la madeja, empezando por Laura Artemisa, “El Chelís”, “La Bonita”, y algunos más.
Y en el otro grupo, hay cartas visibles, Claudia Rivera Vivanco y Rodrigo Abdala.
Quizá estos datos ayuden a entender el desaguisado de “La Margarita” hace unas semanas por el tema de los baches.
O por lo menos, así me lo parece.
