Por Valentín Varillas
Hay razones de mucho peso que justifican el que, en el discurso del gobernador Armenta, se haga referencia manera reiterada a la manera en la cual se operaron los Proyectos de Participación Social.
A través de estos leoninos esquemas y con el pretexto de echar a andar “importantes” proyectos de infraestructura, no sólo se comprometieron por décadas las finanzas públicas estatales, sino que sirvieron para el enriquecimiento personal de empresarios y funcionarios públicos
Todos, absolutamente todos, se llevaron a cabo con sobreprecios que en promedio llegó hasta el 300%.
De ahí salía para los consabidos moches.
En total, los PPS sumaron cerca de 6 mil millones de pesos.
Haga números: el negocio fue atroz.
Pero eso no fue todo.
En el resto de los programas de obra pública, los poblanos tuvimos que pagar mucho más que en otros estados del país.
Las vialidades con concreto hidráulico, las que en teoría durarían 20 años sin necesitar mantenimiento alguno, costaron 10 veces más que las hechas en varias entidades federativas.
Algunas, apenas a los sesenta días, ya presentaban afectaciones importantes.
Pero los números son de locos.
Por la pavimentación del Circuito Juan Pablo II pagamos más de 13 millones 600 mil pesos por Km.
O la de la 31 Poniente: 15 millones 131 mil por Km.
Y qué tal la de la 25 Poniente: 11 millones 206 mil.
En la obra del Blvd Norte, de plano no tuvieron llenadera : 32 millones 980 mil pesos por Km.
La de la 49 Poniente y 11 Sur: 14 millones 700 mil pesos.
Sin embargo, la auténtica joya de la corona fue la obra de la Vía Atlixcáyotl, desde el Circuito Interior hasta el Periférico.
Ahí, el precio que pagamos por Km fue de 84 millones 600 mil pesos.
Increíble.
Y no se trata de casos aislados.
En el proyecto de construcción del teleférico, se aplicó una estrategia muy similar.
Según cifras manejadas por aquellas administraciones estatales, la obra, con longitud de 688 metros, costó 359.2 millones de pesos.
Esto nos arroja un costo de 522 mil 93 pesos por metro.
La proporción es demencial si se compara con otros proyectos similares.
En el mismo año que el de Puebla, el municipio de El Marqués, en Querétaro inicio la construcción de un teleférico con una longitud de 625 metros y una inversión de 96.8 millones de pesos.
Es decir, apenas 154 mil 880 pesos, menos de la tercera parte que el nuestro.
¿Más ejemplos?
Zacatecas: costo por metro: 132 mil 308 pesos.
Orizaba: 76 mil 667.
Torreón: 125 mil.
Durango: 120 mil.
Chihuahua: 89 mil 286 pesos.
Ser poblano en aquellos tiempos, de plano nos salía muy caro.
De ahí, la insistencia de Alejandro Armenta de apostar a la memoria histórica.
A que no olvidemos épocas oscuras que no pueden ni deben regresar.
Y por supuesto que, entrelíneas, existen mensajes muy claros de importante lectura.
El primordial: que se vacunen todos, absolutamente todos, contra la muy apetitosa tentación de hacer fortunas instantáneas por su cercanía con el poder.
Va para los de afuera, pero sobre todo, para quienes forman parte de su círculo más cercano de trabajo.
Sus hombres y mujeres de confianza.
Avisados están y jura el clásico que “el que avisa no traiciona”.
La pasarán muy mal quienes, obnubilados por su ambición, de plano no lo entiendan así.