04-12-2024 12:31:10 PM

Congruencia de AA

Por Jesús Manuel Hernández

Ramón de Campoamor y Campoosorio, pensador y escritor español dejó una frase en su obra “Las Doloras”, presentada en 1846: “En este mundo traidor, nada es verdad, ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”, el texto formó parte del poema “Las dos Linternas”.

Y la premisa puede ser muy bien aplicada al contexto de los últimos nombramientos hechos por el gobernador electo, Alejandro Armenta Mier, en consecuencia de todos los anteriores, donde las sorpresas, las felicitaciones, o las interrogantes, surgieron en los corrillos políticos.

Algunos se preguntaron ¿pero cómo pudo nombrar a fulana o a zutano, si no tienen experiencia?

La explicación a sotto voce rondaba los argumentos por todos conocidos, Armenta pretendía dar un espacio a todos aquellos quienes habían colaborado en su inclusión en Morena, primero, y su lanzamiento a las grandes ligas en el senado al lado de Ricardo Monreal, hasta convertirse en el líder y de ahí la precandidatura a Puebla.

En ese camino hubo muchas personas, amigos del pasado, otros, nuevos, y unos más necesarios para consolidar el proyecto.

Y así sucedió, una estructura bien organizada, bien dirigida, trabajó para conseguir la gubernatura.

Y entonces Armenta debió pensar en quiénes debían ser los compañeros de viaje en el gabinete, y así, los nombramientos apoyaron a personajes fundadores de Morena Puebla, líderes de estructuras, gente valiosa de los equipos contrincantes, y dejó al último a la gente más cercana del equipo.

En las últimas semanas habían surgido rumores descalificando o reubicando a los personajes, incluso se hablaba de “alejamiento”, pero no fue así, Armenta no cambió de parecer en ningún momento sobre los nombramientos finales, quizá hasta jugó con la especulación de los “presuntos movimientos”.

Este será el estilo de gobierno de Alejandro Armenta quien parece estar decidido a no ceder espacio a la crítica derivada de los “ismos” y privilegiar la eficiencia y la lealtad.

Por lo pronto, como dice el refrán “es de bien nacidos ser agradecidos” y los envidiosos, se pueden ir a descansar.

O por lo menos así me lo parece.

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