04-12-2024 01:00:32 PM

Rocha Moya: el sacrificio perfecto

Por Valentín Varillas

 

Si cae el gobernador de Sonora, todos ganan.

O casi todos, incluyendo la gran mayoría de los que ahora son considerados como “de casa”.

De entrada, su cabeza sería ofrecida como valioso tributo a Mr. Trump, lo que tendría como consecuencia lógica el que se calmaran temporalmente sus calenturas arancelarias.

Esas que, de aplicarse, afectarían de manera importante la economía  nacional y por lo tanto, la calidad de vida de millones de mexicanos.

Pero además, habría beneficios potenciales muy atractivos y útiles para la presidenta Sheinbaum, en los primeros meses de su gobierno.

Ganaría mucho en términos de imagen y credibilidad, en lo que a su estrategia de combate a la delincuencia.

No sólo por el abandono absoluto de aquella ridiculez de los abrazos en lugar de los balazos.

Demostraría con hechos que su compromiso con los ciudadanos es real y que su tan anunciada operación enjambre, no es selectiva.

Que aplica para todos, independientemente de colores, siglas ideologías y partidos.

Un espaldarazo enorme para Omar García Harfuch.

Y ya de paso, daría un grandísimo golpe sobre la mesa para demostrar que ella y nadie más, es la que lleva las riendas del ejecutivo federal.

Cortaría ligas, compromisos y sospechas sobre su relación con el ex presidente López Obrador.

Y en una de esas, hasta logra tranquilizar el estado por un espacio importante de tiempo.

Claudia, a diferencia de AMLO, ha tenido un acercamiento muy distinto al del sexenio anterior, en lo que al gobernador de Sinaloa se refiere.     

No se ha reunido con él, a pesar de que la ha buscado de forma reiterada.

Ha declarado que su relación con él es únicamente institucional y que la FGR tiene la obligación de llegar hasta el final de las investigaciones que lleva a cabo para determinar sus supuestas ligas con el Mayo Zambada y otros grupos delictivos.

Lo mismo con su presunta participación en el asesinato de Héctor Melesio Cuén, ex rector de la universidad pública de aquella entidad.

Muy distinto al cheque en blanco de impunidad que Andrés Manuel le extendió una y otra vez.

Rubén Rocha Moya apoyó con todo tipo recursos el proyecto presidencial de Adán Augusto López.

Jamás estuvo con Sheinbaum al momento de las definiciones.

El único riesgo real que traería la defenestración del mandatario estatal sería un potencial distanciamiento con algunos miembros de las bancadas del oficialismo en ambas cámaras del legislativo federal.

Un costo menor al de los enormes beneficios que su decapitación política traería para el país.

Nada es gratis en política, sostienen los enterados.

Siempre existen costos y riesgos al momento de tomar decisiones que marcan irremediablemente el rumbo de un gobierno.

Para bien o para mal.

El balón está en la cancha de la presidenta.

Su primera gran cita con la historia.

A ver cómo la juega.

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