22-11-2024 10:38:22 AM

Violencia electoral y responsabilidad

Por Valentín Varillas

 

Cuando un candidat@ asegura haber sido amenazado o violentado, la autoridad debe de actuar.

Hasta sus últimas consecuencias.

Sea del partido que sea.

En un México que se baña en sangre todos los días, no puede haber medias tintas.

Cerca de 50 hombres y mujeres, directa o indirectamente relacionados con el actual proceso electoral, han perdido la vida hasta el momento.

Y la mata seguirá dando, desgraciadamente.

Por eso, ninguna denuncia puede ser tomada a la ligera.

Con la violencia electoral sucede algo muy similar que con las llamadas que aseguran que hay una bomba en algún lugar.

Las alertas deben de atenderse de acuerdo al protocolo, aunque al final resulten falsas.

En este complicado contexto y ante la imposibilidad de garantizar la seguridad de todos, es urgente que quienes buscan un cargo de elección popular sean por demás responsables.

Que no utilicen la complicada realidad que se vive en la materia, como estrategia fácil de obtención de votos.

Por muy apetitoso que luzca el botín.

Señalar omisiones y fallas en el tema de la seguridad pública vende; y mucho.

Se trata, nada más y nada menos, que de la principal preocupación que tenemos los habitantes de este país.

De todos, al margen de realidades sociales o económicas.

Operar montajes y vestirse con el traje de víctimas, sin serlo, resulta un crimen social.

Mentir en un tema socialmente tan sensible, para intentar obtener una ventaja competitiva en la lucha por el poder, es faltarle al respeto a las decenas de víctimas de la violencia y a sus familias hoy, vestidas de negro.

La investigación de lo que ha sucedido en Puebla con los candidatos opositores no debe dejar lugar a dudas.

De ningún tipo.

Carpetas de investigación ejemplares, escrupulosas, en donde no quede un solo cabo suelto.

Es lo mínimo deseable en un contexto de absoluta polarización, en donde la realidad en términos de opinión pública y publicada, se acomoda de acuerdo a las filias y las fobias políticas.

No, la violencia y la sangre no tienen partido ni ideología.

Tampoco intereses en función de que gane tal o cual proyecto.

El conocer la verdad, servirá también como el único antídoto efectivo que nos garantice que el dolor, el miedo y la sangre, sean ingredientes adicionales se suban al ring electoral para ganar como sea.

Apelar a la responsabilidad de los actores parece idealista de acuerdo al nivel real que han mostrado en estas campañas.

Pero si ni siquiera esto están dispuestos a ofrecer a sus votantes potenciales, no tendrán nunca la calidad moral para aspirar a ejercer con dignidad un cargo público.

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