Por Alejandro Mondragón
Cada esperpento (sin alusión a nadie) hemos hallado los poblanos en el primer mes de campañas federales.
Las semanas, santa y de pascua, serán perdidas en términos de interés ciudadano.
Sin entrar en detalles para evitar que candidatas y candidatos acusen al reportero de acoso electoral, hay aspirantes que lo mismo llevan a su papá y mamá para llenar auditorios o aquellas que no hallan el distrito.
Antonio Gali López, candidato a la diputación federal del Verde, PT y Morena por el distrito 9 de la capital formaliza invitaciones dejando en claro que irán su papá Tony y su mamá Dinorah, a encuentros en las colonias.
La que de plano hace campaña desde Puebla capital es la excaldesa Claudia Rivera Vivanco. Si no está en reuniones con el equipo de Alejandro Armenta, según ella presume, o anda en clases, impartidas por contratistas de su gestión municipal.
No se halla en Tepeaca, mientras Genoveva Huerta todos los días recorre plazas, mercados, colonias y está presente.
Alejandro Carvajal, candidato por el distrito seis de la capital por Morena, tuvo como primer acto tomarse la foto con quien crucificó en la interna por la capital: Pepe Chedraui, a quien hoy considera la mejor carta para la ciudad.
Ignacio Mier Bañuelos, por el distrito 8, fue a levantarle la mano al impresentable de Inés Saturnino, quien compite para la alcaldía de Tecamachalco ¡por el PSI!
En Cholula, la morenista Karina Pérez Popoca de selfie en selfie, en tanto el panista Humberto Aguilar Coronado justificando que puso a hija como su suplente.
Nora Merino entendiendo la importancia de ser Juanita.
Los demás inmersos en la ausencia o la urgencia de ser tomadas en cuenta por un electorado que -como van las cosas- optará por el voto diferenciado.
Ya lo dijo el clásico: reatzionen.