Por Alejandro Mondragón
Una andanada de género contra la nominación del coordinador de la Cuarta Transformación en Puebla, Alejandro Armenta, se registra ante las autoridades electorales.
Pero, ¿qué necesidad?
A la vista de todos quedó claro que la encuesta morenista el ganador fue el senador y el segundo lugar recayó en el diputado federal, Ignacio Mier Velazco.
El acuerdo fue que el gran derrotado ocuparía la primera posición de la fórmula al Senado.
Puebla ha sido el único estado en el que fue impugnado el triunfo de hombre y entrega del senado al mismo género, bajo el argumento de la paridad transversal.
El tercer lugar del sondeo, en este caso la exalcaldesa Claudia Rivera Vivanco, a través de abogados recurre para que ella obtenga la coordinación o primer lugar a la Cámara Alta, porque fue “la mujer mejor votada”, entre el género
La exedil obtuvo apenas 11.9 por ciento de la preferencia frente al 22.3 por ciento del ganador e incluso muy por debajo del segundo sitio.
El punto es que es que Morena resolvió que las nominaciones para mujeres Veracruz, Morelos, Jalisco, Guanajuato y Ciudad de México, pese a que en los últimos tres estados la encuesta la ganaron los hombres.
De ahí la pregunta: ¿los criterios de bloque de competitividad elegidos por Morena, serán los mismos que tienen las autoridades electorales?
Parece que en términos legales aún falta mucho por ver, sobre todo porque será hasta el 24 de diciembre la fecha en la que Morena informará al INE la decisión de nombrar hombre en Puebla, así como sus razones, en función de los estatutos.
Eso explicaría la no postulación de la tercera en la encuesta morenista en Puebla a otro cargo, pues espera que un criterio legal y discrecional cambie el tablero de ajedrez.
Insisto, ¿qué necesidad?
Pero así son en Morena cuando se trata de creer merecer, a cualquier precio, lo que no ganaron en las encuestas.