01-05-2024 09:02:06 PM

La cloaca de los fideicomisos

Por Valentín Varillas 

 

El presidente se asqueó cuando a su escritorio llegó, con toda intención, una nota informativa que detallaba la concesión del Museo Barroco operada en tiempos de Moreno Valle. 

Casi vomita. 

Tanto fue el impacto que le causó el tema, que fue parte sustancial de una de sus mañaneras. 

Y eso que no tiene la película completa. 

A López Obrador le enseñaron apenas la punta del iceberg. 

Hay un marranero impresentable alrededor de la creación de los famosos fideicomisos. 

El rey de ellos es el F/044. 

Fue firmado, con características de “irrevocable”, el 29 de noviembre de 2012 entre el Gobierno del Estado de Puebla -como Fideicomitente y Evercore Casa de Bolsa, S.A de C.V como Fiduciario. 

Funge actualmente como fuente directa de pago del proyecto de a Plataforma Audi y como fuente alterna de pago para los dos Proyectos de Prestación de Servicios (PPS) más importantes de aquel sexenio: la construcción del Centro Integral de Servicios (CIS) y el Museo Barroco. 

El monto del proyecto, en el caso de la Plataforma de Audi, fue originalmente de $1,853.9 mdp más IVA, e incluye una modificación a la alza de otros $5,079 mdp, también más su respectivo impuesto, con un plazo de financiamiento de 15 años. 

En el caso del CIS, el monto del proyecto es de $1,373 mdp en un plazo de 25 años y en el del Museo Barroco es de $1,742 mdp más IVA en un plazo de 280 meses. 

De acuerdo con lo estipulado en documentos, para cumplir con el compromiso el gobierno estatal se obliga a afectar los ingresos presentes y futuros derivados de la recaudación del Impuesto Sobre Erogaciones por Remuneraciones al Trabajo Personal (ISERTP), comúnmente conocido como Impuesto sobre Nómina. 

Tiene una vigencia hasta el año 2062, es decir, la “afectación” a los recursos que se obtengan por concepto de este impuesto seguirá aplicándose en las próximas 7 administraciones estatales. 

A diferencia de otros esquemas similares, utilizados en su momento por distintos niveles de gobierno para financiar sus planes y proyectos prioritarios, en este fideicomiso no existe un Comité Técnico. 

Esto permitió que cosas muy extrañas sucedieran con los plazos de operación. 

Por ejemplo, el hecho de que el Fiduciario pueda solicitar el pago de gastos adicionales a los que incurra, sin ningún tipo de limitante, como honorarios de asesores legales, fiscales, auditores, publicaciones o viáticos. 

Así se explica, por ejemplo, que los honorarios del Fiduciario pasaran, de 260 mil pesos anuales a 310 mi, en apenas 5 meses de operación. 

Sin embargo, lo anterior es apenas una minucia, si se compara con otras irregularidades. 

En este contexto y de acuerdo a documentos en poder de quien esto escribe, en el mes de noviembre de 2015, se registraron pagos atípicos por concepto de “comisiones” por un monto de $34.09 millones de pesos y exactamente un año después -en noviembre de 2016-  se pagaron $2.03 millones más por concepto de “honorarios”. 

Se desconoce el origen y la justificación de estas cantidades ya que no existe un mecanismo para revisar o en su caso amortizar este tipo de pagos. 

Según las reglas de operación del fideicomiso, los remanentes generados tienen que ser devueltos cada mes a la Tesorería del Estado, a través de la Cuenta Concentradora especificada, una vez que se ha pagado la totalidad de las obligaciones con cargo a los ingresos comprometidos en el instrumento. 

Sin embargo, en el 2016, el Fiduciario, es decir Evercore Casa de Bolsa, no realizó las transferencias por concepto de remanentes durante el mes de febrero y en el período comprendido entre septiembre y diciembre de ese mismo año. 

Esta situación se prolongó hasta el mes de enero de 2017. 

¿Por qué no se cumplió con esta obligación, fundamental en el cumplimiento de los compromisos establecidos en la firma? 

Es evidente que, por así convenir a quienes en su momento lo idearon, no está blindado el mecanismo de pagos de los gastos del Fideicomiso, situación que opera en detrimento del patrimonio del gobierno estatal. 

Tampoco existe un mecanismo para revisar y en su caso autorizar, los incrementos a los pagos mensuales de los Certificados de Aceptación Definitiva, que emite la Secretaría de Infraestructura en el momento en el que se autorizan las estimaciones de las obras ejecutadas, de acuerdo a las especificaciones técnicas y el programa de ejecución del proyecto. 

Es decir, pudieron haber cobrado lo que se les haya dado la gana y no necesariamente el precio de mercado que norma la realización de obras similares. 

Los Estados Financieros del Fideicomiso reflejaban, para el período 2012-2018, egresos por $39,152,906.77 pesos e ingresos por $33,529,794.99 pesos. 

Actualmente se continúa amortizando la pérdida. 

En los famosos fideicomisos, siempre han estado las claves para encontrar el hilo que conduce a la ruta del dinero. 

¿Le darán más de esta información al presidente? 

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