Por Alejandro Mondragón
Quizá será la ansiedad de un proceso que causa insomnio a la mayoría de los 7 encuestados/as de Morena para coordinar la Cuarta Transformación en Puebla.
Quizá el desconocimiento que se trata de la elección de una figura anterior a la precandidatura y, posterior, candidatura a la gubernatura.
Lo cierto es que siempre que se pregunta a la mayoría de mujeres y hombres morenistas que cómo, cuándo y dónde, se olvidan del debido proceso.
Y éste será sin duda lo más importante, en una contienda a la que los aspirantes de los partidos enfrenten y que no son sus rivales opositores, sino la propia autoridad electoral.
Los abanderados formalmente elegidos por sus dirigencias se van a dar cuenta que estuvieron siempre bajo la lupa con zoom tanto del Instituto Nacional Electoral, como del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, así como sus órganos locales.
El problema es que han incurrido, la mayoría, en expresiones, encuentros y manifestaciones mediáticas para pedir el voto, ofrecer propuestas y demás.
Repito, quizá por ansiedad, quizá por desconocimiento.
A estas alturas del proceso, que ya no está en manos de nadie, sino en la Comisión Nacional de Elecciones de Morena, que no tarda en dar a conocer sus resolutivos, no estaría de más que revisaran bien su tema.
Deben tener documentados los deslindes respecto de la publicidad que en espectaculares y pintas han pagado personas distintas no vinculadas con el proyecto.
Ser cuidadosos en este momento respecto de las acciones que se desarrollan, pues se deben observar las reglas del proceso interno de selección de aspirante a la Coordinación de la 4T en Puebla.
Los mensajes y narrativa que se utilicen deben de revisarse puntualmente para no incluir palabras, frases o mensajes que pudieran convertirla en propaganda electoral o personalizada.
Y es que los reales enemigos para Morena y aliado están en los árbitros de la contienda que se sienten lastimados por la 4T.