Los ataques personales y profesionales entre dos candidatos a gobernador en el mal llamado ?debate? de ayer permanecen en el imaginario colectivo. En tanto la repetición de las propuestas que han hecho en campaña, poco o nada parece que influyeron en la población, además que ninguno planteó la forma de llevarlas a cabo y mucho menos con qué recursos.
Lo mismo que ha ocurrido en los dos meses de campaña- Nada más que ahora sí fue frente a frente.
¿Había razón para suponer que, en el debate, los candidatos cambiarían su estilo de hacer política y de enfrentar a sus adversarios?
El panista Rafael Moreno Valle y el priísta Javier López Zavala ocuparon parte del tiempo en acusarse mutuamente de corrupción, de mentir en sus propuestas, de cambiarse de partido; en hacer señalamientos sobre la situación patrimonial o legal de sus respectivos padres o hasta de preferencias sexuales.
Mientras que el petista Armando Etcheverry aprovechó el foro para que la población lo conociera; se fue en contra del PRI y el PAN, no de los candidatos, como los responsables de las condiciones en que se encuentra el país y el estado.
El problema del petista fue mantener la constante lectura que hizo un tanto monótona su participación, casi nunca miró a la cámara.
El candidato priísta asestó el primer golpe en contra del panista, cuando nadie lo esperaba, al poner en duda su preparación profesional.
Sorprendió a su adversario, a los asistentes al Complejo Universitario y al público que escuchaba o veía por radio y televisión el debate.
Así continuó el ?debate?, entre frases y propuestas repetidas de campaña; no cejaron las acusaciones, señalamientos e indirectas hasta sobre la vida personal.
De los 52 minutos que duró el supuesto debate, sólo quedan las acusaciones de mentir, de corrupción, de robo, de enriquecimiento ilícito.
Nada nuevo. Lo mismo que se ha escuchado en 10 semanas de campañas.
Los planteamientos son, prácticamente, de una política asistencialista.
Ni siquiera un esbozo de programa de gobierno, y mucho menos con qué recursos piensan llevar a cabo algunas de las acciones que dicen impulsarán.
En el tiempo que falta para las votaciones del 4 julio, las campañas no variarán en su contenido y estilo.
Los ciudadanos tendrán que decidir su voto con base en lo que les presentaron los aspirantes a gobernar el estado: Campañas negras, referencias directas o indirectas entre los contendientes sobre cuestiones personales y profesionales; pero, sin nada que dé una idea de qué y cómo piensan hacerle para sacar al estado de Puebla del rezago socioeconómico en el que se encuentra.
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