22-11-2024 02:31:53 PM

Ecocidio impune, negocio millonario

Por Valentín Varillas 

 

El tema no es nuevo. 

Lleva varios años generando problemas graves a los habitantes dela zona colindante entre San Pedro Cholula y el municipio de Juan C. Bonilla. 

Se trata de uno de los muchos canales pluviales que operan como drenajes clandestinos para el desfogue de aguas negras. 

La situación se ha complicado a niveles caóticos, por el crecimiento poblacional en ese lugar y su consecuente desarrollo habitacional y comercial. 

La bomba ya explotó. 

Era cuestión de tiempo. 

A este drenaje “pirata” llegan también los desechos de un conjunto de edificios recién construidos que se ubican detrás de la planta Bonafont, sobre la carretera federal a Huejotzingo. 

Por lo mismo, los desbordes son la constante. 

Las aguas negras lo contaminan todo: sembradíos, terrenos particulares, drenajes oficiales en donde corre agua limpia e inunda las casas de los vecinos de la zona. 

Sí, viviendas de ciudadanos que de ninguna manera son responsables de esta realidad y que ven con desesperación como sus casas se llenan literalmente de mierda. 

No hay otra palabra que describa con mayor precisión esta realidad. 

Hay miles de personas cuya salud se encuentra permanentemente en riesgo. 

Además, las aguas negras han contaminado en varias ocasiones un refugio de perros y gatos en estado de orfandad e indefensión. 

Cerca de 300 están en riesgo, lo que dificulta la importante labor social que realiza la organización La Casa de Funky AC. 

A pesar de las cientos de denuncias de los miles de afectados, no ha habido respuesta alguna por parte de ninguna autoridad de los tres niveles de gobierno. 

Nada de nada. 

Con todo y el peligro real en el que viven seres humanos y animales. 

Al ser un problema tan añejo y de todos conocidos, la única explicación realista a la permanente omisión oficial ante estas constantes violaciones de leyes y reglamentos, de todo tipo y de distintas competencias, es la de la corrupción. 

Permitir esta barbarie debe de ser sinónimo de un gran negocio. 

Para los que estuvieron antes, para los que están ahora y para desgracia de todos, seguramente de los que legarán muy pronto. 

¿Cuánto se habrán llevado por tolerar semejante aberración? 

¿Cuánto se llevarán ahora? 

Debe de ser mucho, muchísimo, tomando en cuenta su absoluta ineptitud e indiferencia.  

Si desde lo más alto del servicio público no responden por la salud y el bienestar de las personas que ahí viven y trabajan, ahora que está sobre la mesa del debate público el tema del combate al maltrato animal, por lo menos hagan algo para que vivan mejor los “lomitos” y “peluditos” que ahí se encuentran. 

Como sea, pero hagan algo ¡ya! 

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