Por Alejandro Mondragón
El breve espacio que brinda una “encuesta de reconocimiento” en Morena, constituye una enorme brecha de negociación nacional de cara a la definición del coordinador a la Cuarta Transformación.
Y analicemos sin filias ni fobias. El Consejo Estatal de Morena, bajo el control del jefe político del estado, Sergio Salomón, resolvió por 4 cartas.
Julio Huerta, Ignacio Mier, Olivia Salomón y Liz Sánchez, a la que se sumarán otras cuatro.
Los dos punteros de las encuestas son el senador Alejandro Armenta y el diputado federal, Ignacio Mier, quien aventaja a su primo por ser validado por una instancia local, Consejo Estatal. Eso significa mucho en términos de impugnaciones futuras.
¿Cómo seleccionarán a los otros 4 aspirantes?
La coordinadora nacional de la 4T, Claudia Sheinbaum, deslizó que hay otros cargos por ocupar en función de la amplia oferta que se tendrá para 2024.
En Puebla, ya hizo la tarea el góber, ahora falta lo que planteen a aspirantes en el ámbito federal.
¿Y por qué?
Pues la carta del PT ya está definida con Liz Sánchez, quien sin importar lo que establezca la “encuesta de reconocimiento” estará en la boleta final. Lugar de aliado.
Pero falta la posición del Verde Ecologista, partido que sólo registró un nombre Antonio Gali López. Su sitio también de aliado quedará asegurado. Seis de Morena, una del PT y otro del Verde.
Entonces, sólo quedan tres posiciones para sumar los 8.
Un hombre, Alejandro Armenta o Rodrigo Abdala, el sacrificable habría que irlo anotando como carta para la alcaldía de la ciudad de Puebla.
Y faltan dos mujeres. Entre Rosario Orozco, Norma Layón y Rivera Vivanco quedarán definidas.
Entonces, la ecuación será quién más va a entrarle al juego de la silla que dejará Sergio Salomón. Quién la busque no podrá andar de saltimbanqui para querer otro lugar.
Si juegan a la grande, perderán la chica, pero si se hacen a un lado, entonces podrán alcanzar entrar al paquete de negociación, donde obtendrían, eso sí, ir a las urnas, porque las plurinominales, todas, van a tómbola.
Les digo, no está fácil andar enchinchando en espera de garantizar el hueso.
