Por Valentín Varillas
Para el presidente, la aprobación del presupuesto para el próximo año es fundamental.
Lo más importante en términos operativos en el cierre de su sexenio.
Se trata de la cantidad de dinero con la cual se echará a andar la maquinaria de generación de votos en aras de la continuidad de la 4T.
No es casual que se hayan ido hasta la cocina al momento de considerar los recursos con los que se mantendrán los apoyos sociales, la columna vertebral que sostiene al voto duro de Morena.
Se fueron con todo, al grado de que, desde 1989, no se proponía un déficit presupuestario tan alto, como el que se incluye en la iniciativa para el 2024.
En este contexto, su aprobación tiene que ser en los hechos lo más cercana a lo que la se le presentó para su discusión en el legislativo.
Por lo mismo, los 50 perfiles que son incondicionales de Marcelo Ebrard y que tendrán que votar el presupuesto, resultan fundamentales para los intereses de Palacio Nacional.
Un intento de rebeldía expresada con votos en contra sí podría colapsar el diseño y la operación de la estrategia electoral a aplicar el próximo año.
Por eso ya inició el cabildeo con ellos.
Nacho Mier recibió la encomienda directa del presidente de sumarlos a como dé lugar.
Y aunque todo parece indicar que Ebrard no se atreverá a romper con Andrés Manuel y que como premio de consolación le darán próximamente su propio partido, en algo tan importante como lo que está en juego no puede haber un sólo cabo suelto.
Nada puede fallar.
El primer acercamiento del líder de la bancada de Morena con los “marcelistas” transitó sin problema alguno.
Muy claros quedaron los compromisos de un lado y del otro.
Pero faltan semanas fundamentales en donde hasta lo aparentemente más intrascendente podría modificar por completo el escenario.
De ahí la urgencia de que la negociación sea permanente.
Si los 50 votan a favor, o por lo menos lo hace un número que abone a la aprobación sin sobresaltos de la iniciativa presidencial, Mier le habrá cumplido a cabalidad al presidente.
Otra vez.
Sus bonos subirán y podría estar, en los estrictos términos de la política real, más cerca de la candidatura al gobierno de Puebla.
En el poco probable caso de que el cabildeo no dé los resultados deseados, aquella leyenda del operador eficaz, del hombre de confianza que todo lo puede, pasaría a ser un mito genial que al interior de Morena se utilizaría con todo para intentar aniquilar sus aspiraciones.
El cielo y el infierno se juegan en una sola votación.
