Por Alejandro Mondragón
El Gobernador estaba enojado, enfurecido, muy emputado.
Citó a su burbuja más cercana para diseñar la forma de chingarse a quién osó ofenderlo.
Rafael Moreno Valle Rosas había asistido al informe del entonces rector de la BUAP, Alfonso Esparza.
Ni una más, le dijo de frente ante la comunidad universitaria que reclamaba acciones ante el feminicidio de una alumna.
El mandatario le pidió a su equipo más cercano medidas para proceder contra el rector de la BUAP.
Casi todos plantearon una auditoría personal, ir contra su familia, porque nadie se le planta así, como en su informe, al gobernador Moreno Valle.
Tal anécdota explica bien la forma en la que se manejaban las relaciones entre autoridades universitarias y gubernamentales.
El sometimiento total a reserva de ser objeto de persecuciones. Claro del entonces Gobernador al rector en turno.
Los tiempos, para bien, cambiaron.
Todavía hace unos meses, el mandatario Luis Miguel Barbosa procedió legalmente contra Esparza. Con la llegada de Lilia Cedillo a la rectoría de la universidad hubo respeto, pero nada más.
Ahora, la relación entre Sergio Salomón Céspedes Peregrina y Lilia Cedillo es inmejorable y se refleja en acciones concretas de un gobierno presente en la vida universitaria.
El primer con un respeto absoluto a la autonomía de la BUAP. Hizo suya la reforma a la Ley de la institución y el Consejo Universitario respondió con el respaldo total a la investidura del mandatario.
La conclusión es que el proyecto más trascendental, por su impacto y efecto multiplicador para los poblanos, es para los y las universitarias.
Sí, La Ciudad Universitaria 2 que refleja los nuevos tiempos de respeto y trabajo coordinado.
