Por Jesús Manuel Hernández
Desde el 10 de octubre cualquier asunto donde el nombre de Eduardo Rivera aparezca será sometido a una meticulosa especulación de propios, pero más de extraños, al proyecto del 2024.
Estos días han aparecido varios asuntos donde la línea de investigación lleva a dejar en claro que no las tiene todas consigo en el tema de ser el mejor posicionado por parte del PAN.
Además, un nuevo asunto aparece y no por intereses locales, más bien otros, que trascienden los límites del municipio y del estado y donde el PRI empieza a dar luces sobre su participación electoral sin alianza con el PAN, véase el caso del Estado de México.
El feminismo poblano, las activistas más, nunca han visto con buenos ojos las acciones del PAN, partido al que consideran de “derechas”. Un incidente tuvo lugar hace unas semanas ante una protesta, misma que dejó descobijado al Secretario de Gobernación Jorge Cruz Lepe al reconocer durante su comparecencia que el Ayuntamiento tiene algunas personas infiltradas en el colectivo feminista desde marzo de este año.
Las reacciones no se hicieron esperar, empezaron a renacer esos viejos esquemas de polaridad ideológica en Puebla, derechas contra izquierdas y viceversa, en la piel de los funcionarios y activistas.
Al interior del Ayuntamiento no hay duda de la capacidad de Cruz Lepe, por desgracia no tiene la sabe “comunicar”, dicen de él.
El caso es que desde otros escenarios el cotilleo volvió a Casa Aguayo sobre si el gobernador apoyaría o no a Eduardo Rivera rumbo al 2024 en caso de que alguna de sus “corcholatas” no alcance cargar a los peregrinos.
Un incidente ha servido para alentar el descontento y la división de caminos, la presencia de Adán Augusto López Hernández en el Congreso del estado despertó a la bancada panista que protestó por la militarización y el “Narco-Estado” en una clarísima alusión a las revelaciones de Guacamayaleaks sobre las acciones del hoy Secretario de Gobernación por su paso en la gubernatura. Rafael Micalco se llevó la foto del día, que le dio la vuelta al mundo político al pararse delante del funcionario definido por el morenista Sergio Salomón Céspedes con una frase quizá derivada de la necesidad de reflectores y ánimos personales para el 24: “… el Secretario de Gobernación es una institución aquí presente…”, exceso de escasez diría el clásico.
El tema es delicado, Rivera Pérez enfrenta ya una carrera sin retorno, las voces de los cercanos no coinciden en las acciones, algunas, fomentan su aspiración, legítima, a ser postulado para convertirse en gobernador, el primero del PAN-PAN en Puebla pero a quien lo le alcanza si juega solo, necesita del resto, de otros partidos, de otros grupos políticos y eso pasa por los “acuerdos”.
Las otras voces le animan a reflexionar, a medir las consecuencias de jugar y perder o presentarse a la reelección en el municipio para consolidar un grupo de acciones y principalmente una “manera de gobernar” que pudiera servir de ejemplo.
Si lo del Estado de México sirve de guía, es muy posible que el PRI opte por sumar con otros y no con el PAN para lanzar candidata, si candidata, a gobernadora de Puebla y quizá tentar a los panistas a reacomodarse con ella y dejando a Eduardo Rivera en la capital.
Las presiones están fuertes, el vaso no está medio lleno, más bien está siendo colmado y pronto, muy pronto se verán escurrir las primeras gotas.
Algún político ya entrado en años hizo una reflexión con el reportero “¿te imaginas que revivieran las confrontaciones del pasado, esas que dividieron a la sociedad?”.
Efectivamente, el caldo de cultivo se asoma al 2023. Habrá cambios en algunas dirigencias empresariales desde donde las relaciones con Casa Aguayo no son fluidas, más bien ásperas y de confrontación, mientras que esas mismas fuerzas empresariales se acercan y avalan a la gestión panista en la capital. Tema de división con el gobernador, por lo tanto.
Otro asunto que puede empezar a gestarse es la cantidad de eventos que pondrán en la recta final una fecha: el 7 de mayo de 2023, cuando se cumplan 50 años de la fundación de la UPAEP.
Los pronósticos permiten observar que los patronos de la universidad producto de la separación de maestros y alumnos de la UAP en tiempos de Gonzalo Bautista O’Farrill, darán muestras del éxito logrado y eso permitirá hablar mucho de los egresados, de los avances en democracia, investigación, etcétera.
Pero como Newton adelantara en su Tercera Ley “principio de acción y reacción”, coloquialmente se dice: “A toda acción corresponde una reacción de igual magnitud pero en sentido contrario”, si la derecha poblana sacará los reflectores, es de esperarse que la “izquierda y sus aliados” hagan lo mismo y todo ello en medio de la carrera por definir candidaturas para el 2024. Nos esperan muchas noticias, donde cualquier error será magnificado.
O por lo menos, así me lo parece.