Por Jesús Manuel Hernández
Comienzo primero con una anécdota: Los amigos cercanos al Presidente Miguel Alemán Valdés contaban, no se sabe muy quién de ellos, que cuando su hijo Miguelito le dijo que quería incursionar en la política, don Miguel le respondió “si quieres comer mierda entra en la política”.
Cierta o no la anécdota, se ha aplicado desde los años 50 del siglo pasado para demostrar cómo es en verdad la actividad de la política, envuelta en traiciones y venganzas. De ahí el dicho famoso de los veracruzanos “dos cochinos no se huelen”.
El recuerdo viene a cuentas porque como bien escribió Eleonor Roosevelt “Si alguien te traiciona una vez es su culpa; si te traiciona dos veces, es tu culpa”. Eso habrá que decirles a los promotores de la alianza “Va por México”, traicionada por Alejandro “Alito” Moreno y cobijado por Morena en un acto que verdaderamente describe la frase de Miguel Alemán Valdés “Alito comió mierda”.
Y hablando de temas similares, ¿cómo interpretar el saludo de Nacho Mier al gobernador Barbosa?
Hay dos versiones sobre el suceso. Una que el encuentro durante el Congreso Nacional de Morena fue planeado, acordado, “planchado” dicen los que saben, desde las alturas para demostrar “unidad” con miras al 2024 y que ese saludo podría ser puesto como ejemplo de que las diferencias entre los grupos pueden salvarse en aras de las elecciones. ¿Cierto o falso?
La otra versión apuesta por poner a Nacho Mier como el protagonista de la reunión quien aprovechó la escenografía, y “robó cámara” en un encuentro donde el gobernador fue sorprendido, sentado, y auxiliado por su particular quien le comunicó al oído quién lo saludaba. De esa forma Mier buscó “tender un puente de plata” con su enemigo más importante, un asunto que no tiene discusión, Barbosa no quiere a Nacho. ¿O alguien lo duda?
Nadie ha publicado si hubo algún diálogo entre ellos, si acaso Mier le dijo “serénate Miguel” en alusión a las múltiples menciones a su persona y a sus seguidores.
Dos fotografías del encuentro han circulado en los medios que titularon casi uniformemente la noticia. “Miguel Barbosa saludó amistosamente a Mier Velazco pese a las diferencias entre ambos” publicó el Sol de Puebla; “Barbosa y Nacho Mier se saludan en Asamblea Nacional de Morena”, la cabeza de Central; “Miguel Barbosa e Ignacio Mier se saludan en encuentro de Morena”, Intolerancia; “El gobernador Miguel Barbosa saluda efusivo al diputado Nacho Mier”, publicó Al Minuto; “Barbosa y Mier se encaran sonrientes luego de jalonearse”, la cabeza de Rodolfo Ruiz en E-Consulta.
Lo único que puede leerse entre líneas es el lenguaje corporal mostrado en dos fotografías.
En una de ellas se ve de espaldas al diputado Mier y al gobernador sentado dando la mano pero sin verle a la cara. En la otra, se les ve a ambos frente a frente, Barbosa sonriente, Mier también; la mano derecha del gobernador tomada firmemente entre las dos manos del diputado que quiere ser gobernador, los dedos envuelven la mano de Barbosa.
¿Cómo interpretar el gesto? ¿Acaso Mier quiso mostrar deseo de protección, amistad, intimidad personal, afecto?
Al no ser usual que el saludo de mano se haga así, la especulación crece, ¿Mier demostró que tiene “envuelto” al gobernador, que lo tiene atrapado? Sería necesario saber cuánto duró el saludo de mano y si hubo o no fuerza en las manos de Mier.
Sea como haya sido, el encuentro ayuda a la percepción de cómo están las relaciones y quién tiene o muestra la fuerza en el escenario del Consejo de Morena donde Mier fue ovacionado con el grito “Gobernador, gobernador”.
Claro que habrá quien interprete el saludo como una muestra de que el Presidente López Obrador al menos tuvo aceptación en Puebla en eso de convocar a la “paz mundial”.
Lo único cierto y probado es que ni Barbosa ni Mier son amigos, más bien tienen proyectos diferentes, o sea caminos separados.
El jesuita Baltasar Gracián y Morales, escritor del Siglo de Oro de las letras españolas, es el autor de “El Criticón”, una obra llamada cumbre de la literatura donde se describe la vida de dos hombres en sus diferentes facetas. Andrenio es el impulsivo e inexperto, Critilo, el prudente y experimentado; ambos persiguen a Felisinda, la Felicidad, madre para Critilo y esposa para Andrenio. Al final de la obra el prudente vence la maldad del mundo.
Cada lector, o video escucha, podría ponerle el sobrenombre a los personajes en cuestión.
¿Quién ganará a Felisinda en el invierno de la vejez?
Una frase de Baltasar Gracián sobre los amigos y los enemigos dice así: “Saber valerse de los enemigos. Hay que saber coger todas las cosas no por el filo, para que hieran, sino por la empuñadura, para que defiendan; especialmente la emulación. Al hombre sabio le son más útiles sus enemigos que el necio de sus amigos”.
La carrera por la gubernatura de Puebla está calentándose más y más.
O por lo menos, así me lo parece.