Por Alejandro Mondragón
En ese piso parejo -que cambió el rumbo político para 2024- quien no cae, resbala o avanza.
La sucesión por Casa Aguayo camina en su primera etapa: la del posicionamiento en el imaginario colectivo preelectoral.
Un proceso que se encuentra ligado al relevo en Palacio Nacional que se definirá entre Claudia Sheinbaum, la jefa de gobierno de la ciudad de México; el canciller Marcelo Ebrard; y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López.
Ellos y ella ya preparan a sus operadores en Puebla para comenzar a ganar presencia. Aquí no se esperan sorpresas, sólo sorprendidos/as.
Con el banderazo de salida, la movilidad de los aspirantes aumentó en el interior del estado para realizar acuerdos, amarres y perfilarse ante los líderes regionales que, para empezar, lograron la mayoría en el Consejo de Morena a favor del barbosismo.
Sergio Salomón Céspedes, el líder del Congreso; Olivia Salomón, secretaria de Economía; Héctor Sánchez, presidente del Tribunal Superior de Justicia; y el senador Alejandro Armenta Mier son quienes realizan la mayor actividad.
Recorren pueblos, zonas urbanas, atienden temas de sus agendas, se reúnen en festividades y tradiciones para dejarse ver. Trotan en un largo camino que conduce al 2024.
El otro personaje Ignacio Mier Velazco ya se sabe que sus prioridades se limitan a redes sociales y actos de apoyo a los suyos fuera de Puebla.
Conforme se acerque el plazo de las mediciones está claro que se espera la etapa de los golpes incluso abajo del cinturón.
En tanto, ¿la oposición?
Exacto, en la hueva.