Por Alejandro Mondragón
El líder estatal del PRI, Néstor Camarillo, se convirtió ya en el principal promotor de la causa del morenista Ignacio Mier Velazco rumbo al 2024.
Después de un encuentro sostenido, días atrás, salió exultante. Dicen que con el compromiso bajo el brazo de ser la fórmula de Mier a la gubernatura y él a la alcaldía poblana.
¿Será?
Hasta el momento se desconocían los lazos políticos entre Mier y Camarillo. Se sabía que geográficamente sí había intereses comunes en el Triángulo Rojo.
De hecho, a Néstor como alcalde de Quecholac se le señalaron ligas con personajes impresentables dedicados a la práctica del huachicol. En su momento lo negó.
No hay que olvidar que una junta auxiliar de Quecholac, Palmarito Tochapan, ha sido el reducto de personajes como El Toñín, uno de los capos del huachicol en Puebla.
En esa región, se suscitó hace algunos años un enfrentamiento entre grupos delictivos y militares con el saldo de cuatro soldados muertos. El alcalde de Quecholac era Camarillo.
La propia Fiscalía General de la República tiene abierta una carpeta de investigación contra el entonces edil y hoy líder priista.
Al margen de las denuncias de corrupción en su contra, Camarillo, ahora también legislador, bien debería informar a los priistas las razones de su alianza con Nacho Mier.
Acostumbrado a negar todo, seguro hará lo mismo en esta ocasión, pero sus enjuagues lo definen, otra vez.
¿Qué opinará el dueño del PRI en Puebla, Jorge Estefan, que su dirigente de partido ya tenga candidato a la gubernatura?
Peeeero ¡Por Morena!