Por Alejandro Mondragón
El escenario político electoral en Puebla tiene un piso. Un arranque pues.
La consulta de revocación de mandato arrojó un voto duro y una clara capacidad de movilización a favor de la Cuarta Transformación.
Más de 840 mil sufragios por la continuidad de Andrés Manuel López Obrador, de un total de 950 mil votos, evidencia que la estructura de poder goza de cabal salud.
Y es la base, sin considerar todo lo que podría implicar una elección constitucional. Quedó claro ya en todos los ámbitos, el factor de los gobernadores en la operación política hacia la causa presidencial.
En Puebla, hubo el respaldo ciudadano hacia la 4T en los municipios controlados por el PRI, lo que avizora un escenario de alianza local, rumbo al 2024.
El grave problema para la Cuatroté se llama: zona metropolitana de Puebla.
Ahí simplemente, hoy, nada se puede hacer frente al voto de castigo de todo lo que representa Morena y sus aliados.
No significa que perdida la zona de Angelópolis haya incapacidad política para ganar Casa Aguayo. Será el factor que defina, pero no definitorio.
Morena también quedó exhibido como el partido que no está a la altura de lo que representa la 4T con López Obrador.
Aquellos que crean que sólo este instituto político marcará las candidaturas se va a llevar un chasco, pues hay otros aliados que jugarán un papel clave en los acuerdos por el poder en el 2024: Verde Ecologista y PT.
Y en lo local existe otros partidos que también jugarán su propia realidad: PRI, Pacto Social de Integración e incluso Movimiento Ciudadano.
Morena no tiene un candidato/a para sumar votos en la capital. Tampoco le dará tiempo, de ahí que la alianza será factor que determine todo.
Así que después de la consulta ciudadana está claro que el dominio de la 4T se ubica en el interior del Estado y su gran debilidad es la zona metropolitana con el PAN como primera fuerza electoral.