Dirigente del Movimiento Antorchista Nacional
Si revisa usted los dos desplegados que publicaron simultáneamente, el 1° de abril, 21 presidentes municipales perredistas y el Comité Directivo del PRD en el Estado de México, se va usted a sorprender de la casi absoluta carencia de ideas inteligentes y de planteamientos racionales, a cambio de una gran profusión de injurias, calumnias y acusaciones directas, que no se demuestran ni sustentan de ninguna manera, que comparten ambos documentos. En los dos se nos llama “grupo de choque”, gente que “tiene las manos llenas de sangre”, “grupo de presión”, “paramilitares”, organización “que no es un fin en sí mismo (sic), sino un instrumento del priísmo y de algunos sectores del gobierno estatal para desestabilizar nuestros (sic) gobiernos” (del PRD), y en ambos se nos hace responsables de la “integridad del Edil (sic) Constanzo de la Vega Membrillo, de legisladores como Higinio Martínez Miranda, de los integrantes del órgano de gobierno, personal administrativo y habitantes del municipio de Texcoco” (faltaron en la lista el Presidente de la República, el Secretario General de la ONU y el Santo Papa de Roma ¿no?). Suma y sigue: nos acusan de “traficar con la pobreza de la gente”, de tenerla “obligada a dar cuotas y asistir (sic) a marchas, plantones, así como llevar a cabo actividades como distribución de volantes (¡Claro! Nosotros no tenemos a nuestras órdenes a la policía municipal ni a los empleados del Ayuntamiento, como de la Vega Membrillo) bajo la amenaza de perder sus derechos de agremiados (¿?) y hasta ser despojados (sic) de su terreno o vivienda”. Pero no hay un intento siquiera de demostrar lo que se afirma. Estamos, pues, ante lo que en buen romance se llama un libelo infamante y nada más.
Y ¿cómo justifican este ataque sus autores? Los presidentes dicen: “Imputamos los hechos de violencia que se puedan generar por (sic) la necedad e intransigencia de Antorcha de marchar por las calles de Texcoco y hacer un plantón en el exterior de Palacio de Gobierno, con gente totalmente ajena al municipio, pero (sic) con el fin de presionar al Ayuntamiento a otorgar la factibilidad de servicios y el cambio de uso de suelo para fraccionar 40 hectáreas de uso agropecuario…”. ¡A confesión de parte relevo de pruebas! El problema es, pues, que Constanzo de la Vega se niega a permitir que gente humilde construya su vivienda donde le acomode y le resulte más barato; y, además, considera un delito el que los antorchistas salgan a manifestarse, pública y pacíficamente, para defender lo que considera un derecho inalienable. ¿Es entonces un delincuente López Obrador y la gente que lo sigue, por los mítines y plantones que han hecho en la capital del país? O ¿Por qué ellos sí pueden hacerlo libremente y los antorchistas no?
Dos puntualizaciones más. Los presidentes dicen que van contra los líderes corruptos y manipuladores, pero “no estamos contra las bases de esta organización que son gente pobre y los respetamos”. ¿¡Ah sí!? ¿Los “respetan” llamándolos “grupo de choque”, “paramilitares”, desestabilizadores al servicio de sus enemigos políticos? ¿Los respetan tratándolos de bobos y agachones, que se dejan engañar, robar y mandar por un grupo de vivales y rufianes? Por lo visto, estos señores creen que ellos son los únicos que piensan en este país, y que los demás somos todos una partida de estúpidos e ignorantes. Por su parte, el Comité Estatal afirma: “La mano que mueve esta estrategia de intimidación… tiene nombre y apellido: Manuel Cadena Morales, ex secretario general de gobierno…”. Son palos de ciego con los cuales sólo hacen el ridículo, como ya lo hicieron al acusar de lo mismo al delegado de Gobernación estatal, Eugenio Alonso Chombo, el más radical opositor al Ayuntamiento antorchista de Chimalhuacán y, por eso, aliado natural de los Constanzos. ¡A qué autogoles lleva la soberbia y la incontinencia verbal!
Pero aprovechemos la pifia para entrar en el tema. El escandalito de los perredistas texcocanos y mexiquenses es pura cortina de humo que esconde dos asuntos realmente gordos. El primero es un negociazo de muchos millones de pesos entre Constanzo de la Vega y los dueños del centro comercial “Puerta Texcoco”, asentado a unos metros del terreno de los antorchistas. Se trata de construir allí gigantescas unidades habitacionales para 25 mil familias, de modo que se asegure la clientela al centro comercial y, de paso, deje algunos millones por la venta de los departamentos. Pruebas: en 40 hectáreas no caben más de 2 mil familias, si se les asignan lotes de 200 metros cuadrados a cada una, como pretenden los dirigentes antorchistas; en cambio, sí pueden acomodarse con holgura 25 mil o más departamentos en edificios de varios pisos, como quieren Constanzo y socios. Por eso son ellos, y no Antorcha, los que manejan la cifra de 25 mil viviendas en su propaganda. Ítem más: de la Vega “denunció” que el dueño del Rancho Santa Martha nos ha ofrecido 10 millones si aceptamos deshacer el trato de compra venta. Eso es falso; no ha sido el dueño del Rancho, sino los de Puerta Texcoco, los que nos han tratado de corromper con esa suma ¿No está clara la transa y la comunicación entre ambas partes interesadas?
El segundo asunto es el gobierno del Estado de México, el sueño más caro de Higinio Martínez y consortes. Para ello necesitan toda la Zona Oriente del Estado, que es donde se concentra el mayor número de votantes y donde se decide, por tanto, la gubernatura. Y el hueso que tienen atorado es Chimalhuacán, gobernado por Antorcha Popular. Por eso están ensayando todo para sacarla del poder, incluida la alianza con los restos de lo que fue el grupo de la Loba, multiasesina sentenciada a 500 años de cárcel. El PRD apoyó a la Loba contra Antorcha en el año 2000, el año de la masacre; y hoy mismo sigue apoyándola al tratar de darle cobertura legal y política a su hijo Salomón Herrera, a cambio de gente y dinero. Y al acusar a Antorcha de ser la responsable de la masacre, como lo hacen en los escritos de referencia, implícitamente exculpan a la Loba y a los suyos. Ese es su verdadero jueguito. ¡Fuera mascaras de redentores sociales! Los perredistas están atacados de la fiebre del poder económico y político y es esa ambición la que los mueve en el caso Texcoco: quieren el dominio de la Zona Oriente y el jugoso negocio de 25 mil departamentos en Rancho Santa Martha. El estorbo es Antorcha y por eso han desatado en su contra toda la furia de sus incondicionales y toda su capacidad y cinismo para mentir e injuriar a través de los medios. ¡Nos defenderemos con la ley en la mano y con el apoyo de las verdaderas fuerzas populares!