Por Alejandro Mondragón
Los profesores extranjeros de la Universidad de las Américas Puebla salen más que afectados con la prolongación del conflicto legal en la institución, como resultado del desfalco en la Fundación Mary Street Jenkins.
Lo que ocurre es que durante años, los docentes foráneos recibían información de los órganos de inteligencia en el país, sobre delincuencia organizada y situación de crisis coyunturales.
En sobres, todas las mañanas obtenían los reportes bajó el membrete de amaneCIA.
Y ahora con el conflicto interno simplemente dejaron de recibir la información de inteligencia.
No se sabe si la vuelvan a recibir algún día, pues el conflicto escaló ahora a la calle.
Los estudiantes y profesores que participan no son víctimas, ni nada de eso que pagan justos por pecadores. Esa parte de la comunidad tomó partido por el patronato acusado de desfalcar las arcas de la Fundación Jenkins.
El Poder Judicial que intervino el campus hace unos meses fue el mismo que liberó para el regreso de clases presenciales que tanto reclamaban, pero ahora que ya pueden ingresar al plantel no lo hacen porque exigen que se falle a favor del patronato que cometió el fraude.
Y así no se pinches puede, simplemente.
¿Quiénes les impartirán Derecho a los estudiantes que piden con marchas en las calles que resuelva un asunto de índole legal?
El conflicto es entre integrantes de la Fundación, el campus está liberado, pero no toman clases, sino la calle, porque no quieren al patronato que nombró la Fundación para el Cuidado de las Instituciones en Puebla.
Hoy la Justicia no ha fallado ni a favor ni contra de ninguno de los Jenkins, familia que ha llevado a la UDLAP a vivir la peor crisis de su historia.
Peeero los estudiantes y los grupos que los azuzan ya tomaron partido. Eso es claro.