23-11-2024 08:00:36 AM

Linchamiento mediático

Apenas terminado el viacrucis que tuvimos que pasar durante ocho meses, para hacernos escuchar ante las autoridades estatales y, de esa forma, resolver nuestras demandas (en materia de servicios de salud, educación, apertura de caminos, así como de construcción de redes de energía eléctrica, drenaje y agua potable, tanto para el interior del estado como para las colonias de la capital) y mejorar las condiciones de vida de miles de poblanos -antorchistas y no antorchistas, ahora nos enfrentamos a otro.

 Justamente, a unas cuantas horas de haber levantado nuestro plantón ante la sede del gobierno estatal, se han registrado algunos “hechos”, como la toma de viviendas en el Fraccionamiento Magisterial (ubicado al sur de la ciudad), según diarios de esta capital; ciertos señores reporteros, “dueños de la verdad absoluta”, ya le pusieron nombre y apellido a los “autores materiales e intelectuales”. ¡Vaya! no se quebraron mucho la cabeza para sacar sus deducciones, sin siquiera investigar a fondo; así lo hizo Iván Tirzo, de El Sol de Puebla, y Alejandro Camacho Fierro, de Intolerancia (diario oficial del Gobierno Estado).

Lo sorprendente es el aplomo y la desfachatez con la que se conducen en su labor informativa los sedicentes periodistas; en ambos casos, aún y cuando recibieron en sus respectivos medios una carta aclaratoria -por parte de nuestra Oficina de Prensa-, para desmentir que nuestra organización tenga que ver en las supuestas invasiones, ellos llevan días difamándonos. Poco les importó lo que la organización dijera al respecto, pues sólo saben obedecer órdenes de sus “jefes”; es más que evidente la actitud visceral de los medios y de los propios reporteros.

   Alejandro Camacho Fierro, mercenario de la pluma, carece de ética profesional, salta a la vista su tendencia lambiscona y servicial hacia los señores del poder estatal, al tratar de desprestigiar a Antorcha Campesina. ¿De dónde obtiene, según él, tanta información fidedigna para afirmar (sin presentar pruebas) que Antorcha Campesina literalmente arrebató el patrimonio a otras familias que pagaron unas casas en proceso de construcción? ¿Sabrá este “brillante” reportero que existe el delito de difamación, y que lo comete quien acusa a una o unas personas de algo sin tener la más mínima prueba de su dicho?

 Ya lo dijimos en el comunicado, no tenemos nada que ver con la toma de predios al sur de la ciudad de Puebla, y ahora agregamos: el grupo de gente involucrado en tales hechos es soliviantado, desde las más altas esferas de poder, como un acto de provocación, en el cual no vamos a caer, porque no existe ingenuidad de nuestra parte y nosotros sí aportamos pruebas de nuestro dicho.

Cabe recordar que, cuando la Secretaría de Gobernación estatal sabe que alguna persona relacionada de cierta manera con Antorcha se posesiona de un inmueble, se instrumenta un operativo espectacular para desalojar al “invasor”; sin embargo, en el caso que nos ocupa es claro el linchamiento mediático, para formar una cortina de humo y dejar que los verdaderos responsables se apoderen libremente de los inmuebles, responsabilizándonos injustamente a nosotros.

¿Cuál de los funcionarios municipales ha admitido que Antorcha Campesina es un problema por la invasión de terrenos? A ellos, con la policía política, tan “eficiente” para conocer lo que pasa al interior de nuestro municipio, en un acto de elemental honestidad, le toca decir si es gente de Antorcha o no la que ha invadido, es decir, llamar las cosas por su nombre y no fingir demencia, porque ya a algunos “señores” de la pluma (como los arriba mencionados) se les hizo costumbre creer que tienen la “verdad” en sus manos, sin ánimo de agraviar.

Sabemos que aún existen honrosas excepciones, que bien vale la pena reconocer, pero la inmensa mayoría actúa como los canes de rancho: ladra uno y los demás le siguen, sin saber porqué. Una vez más, decimos que nada tenemos que ver en la toma de predios al sur de la ciudad y, al mismo tiempo, exigimos a las dos secretarías: la municipal y la estatal, que desquiten el sueldo que reciben y, en el menor tiempo posible, informen a la opinión publica quién está detrás de esa toma de terrenos; nada más que ojalá lo hagan con cuidado, ¡no sea que vayan a escupir al cielo!

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