23-11-2024 05:15:29 PM

Septiembre, naturaleza y Fonden

Por Valentín Varillas

Otra vez septiembre.

Y nuevamente la naturaleza mostrándonos su cara más dura.

Pandemia, inundaciones y sismos.

Y lo peor: parece que en estos tiempos de la 4T, el gobierno federal no está preparado para afrontar los retos que todo esto supone.

En el fondo y en la forma.

La desaparición del Fondo Nacional de Desastres Naturales, por ejemplo.

Para acabar con él, se aseguraba que el dinero destinado para este fin se desviaba alegremente de las arcas públicas.

Así lo dijo el propio presidente López Obrador en varias mañaneras.

Aunque hasta la fecha no se ha presentado una sola prueba que demuestre la anterior, si partimos de la lógica con la que gobernó la pandilla que saqueó el país en el sexenio anterior, no sería difícil que AMLO tuviera razón.

Sin embargo, el asunto es mucho más complicado que una simple limpia de organismos e instancias que en su momento fueron utilizados como pretexto para llevar a cabo actos de corrupción.

La simple existencia del Fonden, lo hacía sujeto a ser considerado en la discusión de cada presupuesto anual.

Y por lo mismo, con todo y sus “asegunes”, estaba garantizada su existencia a través de una partida de recursos específica, destinada precisamente a la atención de emergencias ocasionadas por fenómenos naturales.

El que hubiera oficialmente un fondo con estas características, dejaba también muy claros los protocolos a seguir en casos de desastres.

Estados y municipios tenían muy claro lo que debían de hacer y los pasos a seguir para obtener una declaratoria que de inmediato los volvía sujetos a recibir recursos para su atención.

Al mismo tiempo, el que hubiera una instancia con estas características específicas facilitaba el que auténticos especialistas en el tema de los desastres naturales ocuparan, más allá del protocolo y los reflectores, los cargos operativos más importantes, en donde es fundamental dar resultados concretos en el menor tiempo posible.

Ahora, con su defenestración, no se sabe a ciencia cierta cómo el gobierno federal va a actuar en estos casos.

Su respuesta en el caso del paso del huracán Grace por territorio nacional, ha sido poco menos que penosa.

Han sido los gobiernos estatales los que han tenido que entrar al quite, con recursos propios, para llevar aunque sea algo de alivio a las víctimas del meteoro.

Sigue lloviendo en varias zonas del país, los huracanes continuarán y no se ve cómo, sin recursos etiquetados y garantizados para atender las necesidades de los potenciales afectados, esta administración vaya a estar a la altura del reto que esto representa.

El sismo del martes, en este complicadísimo contexto, puso a todos –literalmente- a temblar.

Estamos a expensas de los caprichos de la naturaleza y por mucho que hayamos aprendido como sociedad de tragedias del pasado, sin dinero no hay nada que hacer.

La prioridad número uno en materia presupuestal ha sido la política asistencial, con sus respectivos beneficios electorales,  y bajo esa lógica han arrasado con todo.

El futuro no parece nada optimista, con un gobierno que no se ha caracterizado por su eficiencia cuando ha sido puesto a prueba en momentos en donde ha tenido que dar resultados concretos, de inmediato, más allá de los famosos e inexistentes “otros datos”.

Aunque a muchos no les guste oírlo, la verdad es que vivimos en la más absoluta improvisación, en temas en donde hay millones de vidas de por medio.

 

 

 

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