Por Alejandro Mondragón
Afirma el presidente Andrés Manuel López Obrador que no se puede enseñar -con los libros de texto- la visión del periodo neoliberal, en tiempos de la 4T.
Y su gobierno emprendió la modificación para ajustar la historia a los propósitos de su proyecto de la Cuarta Transformación, que ya dijo Marx Arriaga, director de Materiales Educativos de la SEP, se basarán en la guía moral lopezobradorista.
Vaya tiempos que se viven en el que todo se tiene que adecuar a los intereses de un proyecto que impulsa el partido en el poder.
Los libros de texto han sido a lo largo de la historia reflejo de lo que el país ha vivido para construirse como nación y ofrecen lo que me parece fundamental: identidad.
Ahora con toda una carga ideológica-política, López Obrador transforma la historia porque cree que fue escrita por los neoliberales.
Pretenden que se renuncie a la historia, a lo que fuimos, somos y aspiramos a ser, más allá de los bandazos sexenales.
La mayor polémica se registra precisamente en los libros de historia, la cual quiere reescribir la 4T con todo y sus faltas de ortografía.
El problema es que ni padres y madres de familia, expertos y académicos han sido considerados en su opinión para revisar tales cambios a los textos.
Es otra de las imposiciones a las que el presidente López Obrador ya acostumbró a la sociedad. Su regla es muy simple: o están conmigo o contra mi.
Y eso puede llevarnos a terrenos que pensábamos que en México jamás llegarían y que precisamente plantea la urgencia de contrapesos.
Está claro que con la 4T la revisión histórica es ideológica en función de más Estado, menos sociedad.