Por Alejandro Mondragón
Los adversarios de Andrés Manuel López Obrador ya deberían tener muy claro que cuando el presidente dice que no es no, y si llega a señalar que sí, es un tal vez tampoco.
Es la República del No de la Cuarta Transformación.
“No caeremos en provocaciones”.
“No se usaron gases lacrimógenos en la marcha de mujeres”.
“No a la mafia del poder”.
“No a los conservadores que quieren desestabilizar al país”.
“No a que particulares ganen con la reforma eléctrica”.
“No dejamos solas a las mujeres”.
Y así, no, no y no.
López Obrador ya dejó en claro que sus mañaneras NO son para atacar a la oposición y defender su proyecto de la 4T.
Es el mundo del NO van a utilizar la politiquería contra su toro en Guerrero, Félix Salgado Macedonio, peeeero si se le señalan las acusaciones en su contra por delitos sexuales, entonces regresa al “NO caigamos en provocaciones de la derecha y dejemos que el pueblo bueno decida si es culpable o no”.
Es la negativa permanente de la realidad y la respuesta del NO al imaginario colectivo que SÍ se percata que el buen juez por su casa no empieza.
“No es cierto que los servidores de la nación desvíen recursos”.
“No faltan medicinas contra el cáncer por responsabilidad del gobierno”.
“No hay fallas en la vacunación contra el coronavirus”.
Está claro que López Obrador en la negación constante impone la agenda nacional y sigue su estrategia de llevarse lo más que pueda en la elección del próximo 6 de junio.
¿A poco no?
