Por Guillermo Alberto Hidalgo Vigueras
Es increíble el ver la forma en que a pocos les importa la cuestión de tratar de romper la cadena de contagios del terrible covid19, mismo que ha logrado poner en Jaque al mundo en su totalidad, golpeando economías internacionales, nacionales y locales por todos lados.
Nos queda claro que vivimos todos una situación “sui generis” y que a nadie nos había tocado vivir una situación de este tipo en todo el mundo (salvo a pocos sobrevivientes de la época de la Gripe Española”), nadie a ciencia cierta sabe que hacer ni como tratar el problema y lo peor que es independientemente de que nos pega a todos en los bolsillos, pues no tenemos forma de trabajar para producir recursos ni tenemos la manera de enfrentar los estragos económicos que este mal produce.
Lo triste, es que al menos en nuestro México esto esta tomando matices del orden político-partidista, tenemos de todo en los tres órdenes de gobierno, desde los que prefieren gastar recursos en cuestiones superfluas que en nada abonan a nuestra nación en éste momento, en otros que se hacen los ciegos porque, como los avestruces piensan que si no ven el problema, simplemente éste no existe y otros más, que al intentar ayudar de alguna manera o de muchas maneras a sus gobernados se encuentran con tapones de orden grillero “disque” político y no los dejan hacer de manera que no vallan a brillar mas que el que les sigue en jerarquía.
Los ciudadanos salen a tratar de ganar un peso en la mayoría de los casos y se encuentran con el desinterés de la mayoría de las instancias gubernamentales para ayudarles o apoyarles de alguna manera, solo unos cuantos se han atrevido a desafiar al Tatiasca mayor, y hacen lo que pueden para sacar adelante a sus gobernados, por que en la mayoría de los casos se han dedicado a acabar con los emprendedores y a los empresarios que aplastan cada día, como en un afán de parar al país de una vez con todas.
Ya nos enfrentaron a unos con otros, en un enfrentamiento fratricida, sin precedentes que tal vez desde la Reforma o la Revolución no existía, ahora está el enfrentamiento entre los que trabajan y los que sin hacerlo reciben, entre los que creen que existe la enfermedad y los que no, entre los que se cuidan y los que les vale madre, al grado de que los mismos ciudadanos ahora se están convirtiendo en rudos vigilantes de que se use el cubre boca por quienes transitan por la calle.
Tenemos al menos en el municipio de Puebla, autoridades que siguen haciendo pingues negocios sin importar las obligaciones a las que se comprometieron y sin tener cercanía de ninguna especia con la ciudadanía con la que se comprometieron servir, y de paso dejan sus obligaciones a fin de buscar una reelección que enfermizamente creen que se merecen.
Tenemos, y lo digo sin afán partidista ni de otra índole independiente de reconocer el trabajo, un gobernador que trata de alguna manera y como él mismo lo declaro, de cumplir con el derecho humano que tiene cada uno de los habitantes del estado de sobrevivir, al declarar que de ninguna manera se aplicara el código azul en Puebla, tenemos un gobernador que, por momentos, siento que se pone a repelar las decisiones de la federación a fin de cumplir con su compromiso con los poblanos.
Pero también tenemos una presidenta que de toda culpa a los demás, a los anteriores menos a su ignorancia, y solo ve por sus muy particulares intereses para seguir llenando sus bolsillos e impulsar a amigos y familiares, a vivir de lo que tanto criticaron, a vivir del erario sin hacer nada más que sus turbios negocios y obscuras filia y fobias…
¿O no?
Juzgue Usted