Por Alejandro Mondragón
El graaaaan problema de las alianzas electorales para el 2021 será garantizar la lealtad.
Ya sabemos cómo se las gastan priistas, perredistas e incluso algunos panistas, a la hora de las definiciones.
Hay dos partidos que podrían terminar en esta ocasión con sus acuerdos aliancistas de años con el PAN.
Se trata de Nueva Alianza y el Pacto Social de Integración.
El primero lo mismo un día ofrece su respaldo a la alianza opositora, pero al otro sus dirigentes se reúnen con Gabriel Biestro, quien busca la alcaldía de Puebla.
En Nueva Alianza, el otrora partido de la maestra Elba Esther Gordillo quedó dividido en Puebla, entre los maestros que apoyaron a López Obrador y los morenovallistas, ahora aglutinados en torno a los intereses de Fernando Manzanilla.
En toda la estructura del Panal se notan los jaloneos para decantar por algunas de las alianzas, con el riesgo de que buena parte juegue al Caballo de Troya para cualquier lado.
El PSI, partido que arrebató el morenovallismo al priismo en el impulso de las candidaturas comunes en 2013 para ganar al PRI e incluso reventar los acuerdos de postulación de panistas, podría dejar este rebaño.
¿Cómo se vería al PSI en la alianza de la 4T con una senadora panista?
Pues por ahí va la jugada. Los dirigentes saben lo que hicieron en el pasado y pueden acabar en San Miguel.
Morena puja por una mega alianza que llevaría al PT, Verde Ecologista, Nueva Alianza y PSI, además de dejar en la inacción a Compromiso por Puebla.
El PAN, PRI y PRD irán por su lado en busca de revivir viejas glorias.
El problema, al final de cuentas, será la lealtad en los compromisos.
Ya se verá.
NOTA BENE:
Esta columna se va de vacaciones y reaparecerá hasta el 4 de enero del 2021. Felices fiestas y abrazos.
