Por Alejandro Mondragón
En los pasillos de la sede de Morena nacional cada vez comienza a tomar forma la intención de deslindarse de aquellas autoridades que llegaron al cargo bajo las siglas del partido, pero jamás representaron los intereses de la 4T.
Ya sea por frivolidades, exhibicionismo, corruptelas, incompetencia o traición a los postulados que los llevaron al cargo, esos personajes nada tienen que ver con Morena.
Este deslinde político tiene fondo, porque se pretende quitar armas a la oposición para enjuiciar a esas autoridades en la campaña electoral que se avecina como la más polarizada de la historia del país.
Además, permitirá depurar las listas de aquellos que pretendan seguir con la bandera de Morena para hacer exactamente lo contrario de que se espera de la 4T.
De varios estados, municipios y distritos proliferan ya expedientes en los que se expone a aquellas autoridades que irán al banquillo del deslinde.
Todavía no existen definiciones específicas sobre las formas en las que se realizará esta acción, pero usted se puede imaginar por dónde irá el tema.
No sería la primera vez, en el caso de Puebla, que un partido se deslinda de su autoridad.
Ya ocurrió el 7 de febrero del 2005 cuando la entonces dirigencia del PAN, encabezada por Eduardo Rivera Pérez, publicó un desplegado en la que el blanquiazul se deslindaba del gobierno, acciones, obras y comportamiento del entonces alcalde Luis Paredes Moctezuma.
Al entonces presidente municipal de Puebla lo acusaron de todos los males del PAN, incluso de la derrota en la capital que ganó en aquella ocasión Enrique Doger Guerrero frente al impresentable Pablo Rodríguez Regordosa.
Pero a Paredes le sacaron un recuento de todos y cada uno de los problemas que enfrentó, la mayoría fabricados por el priismo y alguno que otro panista resentido.