Por Alejandro Mondragón
A Marko Cortés, líder nacional del PAN, se le ocurrió que para fortalecer el voto blanquiazul en las próximas elecciones del 2021, los exgobernadores tendrían que postularse como candidatos uninominales por sus distritos federales.
El dirigente aún cree que los exmandatarios son figuras de prestigio para el partido, pero eso no le importa. Está convencido de su idea.
Y a mediados de la semana pasada, Marko Cortés se reunió con el exgobernador Antonio Gali para saber si aceptó definitivamente su oferta.
El exmandatario lo que quiere es sumarse a la campaña pero desde fuera a cambio de obtener una diputación plurinominal por Puebla.
Ahí radica toda la maraña de conflictos al interior del PAN. En cuanto se resuelva la diputación pluri o uni para Gali, entonces sus operadores Genoveva Huerta, líder local; y Oswaldo Jiménez, su sobrino y coordinador de diputados locales panista, dejarán de exacerbar los ánimos al interior del partido.
Y sobre todo detendrán el bloqueo a los tradicionales como Eduardo Rivera, Paco Fraile, Ana Tere Aranda, Humberto Aguilar, Rafael Micalco y Blanca Jiménez.
El juego quedó al descubierto, particularmente en el caso a la alcaldía poblana, donde la preferencia electoral favorece a Rivera Pérez, pero Los Galis han metido el tema de género para tener la posición como moneda de cambio, en caso que la presión barbosista por las cuentas morenovallistas acabe en órdenes de aprehensión.
Lo sorprendente es que Marko Cortés sabe que tienen al PAN de rehén en Puebla, pero tolera que ocurra así. ¿Será por el dinero que recibe cada mes? ¿Quién Pompó?
Esta semana habrá noticias porque las decisiones ya se tomaron.