SEGUNDA DE TRES PARTES
La Derecha en Puebla se está reconfigurando.
Su incapacidad para articular políticas coherentes y atractivas, les llevó a perder el respaldo de quienes les condujeron al Poder. El voto nulo y sus consecuencias electorales para el PAN resultaron elocuente muestra de esta afirmación.
Esto sucede mientras la izquierda delirante, prosaica y rapaz, encarnada en Juanito, nos muestra lo más profundo de la “cultura” política prohijada por el PRI y exultada por el PRD el PT y demás sucedáneos.
El PRI aprovecha la decepción de quienes esperaban El Cambio en función de una alternancia, que ha sido incapaz, tanto por la derecha como por la izquierda, de replantear de fondo al Estado Mexicano.
El dinosaurio, sin retractarse de sus escleróticos dogmas ni corregir sus mapachescos métodos, retorna por sus fueros y el marinismo parece tener todo para trascender hasta el siguiente sexenio estatal.
Los mandos en la derecha se han renovado: José Antonio Quintana ha dejado en manos de Francisco Emmelhainz la presidencia de la Junta de Gobierno de la UPAEP, los liderazgos operativos de la Organización también han sido renovados.
Quienes ahora asumen han sido críticos de los que pasan a retiro, que quedan sin expectativas de influir en las grandes decisiones, pero con evidente capacidad de operación en el partido, asunto que está planteando severas dificultades para realizar los ajustes indispensables, cuyos intentos se han venido observando.
Lo primero era mostrar autoridad y capacidad de mando para luego ir reemplazando a personajes desgastados y/o incompetentes por nuevos cuadros que permitan avanzar consistentemente por los abstrusos senderos del poder.
Las derrotas de 2004, 2007 y 2009 -y la forma en que se dieron- no dejan duda de la necesidad de modificar la forma de operar, como tampoco del apremio por cambiar de operadores.
La transición que se inició con la purga del Caimán Ramírez Castellanos y de Ángel Alonso ha llevado tiempo y proseguirá con el desplazamiento de quienes operaron para ellos, lo que se patentiza con la salida de Rafael Micalco de la presidencia del CDE, pero se cuestiona con la pretendida llegada de Mike Méndez.
Quienes ahora mandan en la Organización van acomodando a su gente. Juan Carlos Mondragón es uno de ellos y ha sido formado para escalar a las alturas, si bien, junto con otro de ellos -Toño Sánchez- tropezó en 2007.
Entonces el partido todavía giraba en la órbita del PANtano, ellos no tenían la capacidad operativa que la presidencia de Juan Carlos Mondragón podría proporcionarles, sin embargo la previsible entronización de Méndez en el municipal, deja ver sus limitaciones tanto en el partido como en la Organización.
Si bien nadie puede dudar de la capacidad del Yunque para manipular al PAN, son evidentes los jaloneos al interior de la Organización. Nadie tiene pleno control del partido, de modo que la aparición de alguna figura que altere los precarios equilibrios, cambiará todos los presupuestos.
Bajo este escenario, no se deben descartar sorpresas, la mayor sin duda, la persona que abandere al panismo y a la derecha en 2010.
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