Por Alejandro Mondragón
Vaya apuesta de los adversarios de Andrés Manuel López Obrador para el fracaso de la Cuarta Transformación en plena crisis del coronavirus.
“Es incompetente para gobernar ante la pandemia”.
Fenómeno mundial que no viaja en tiempo real como la vida en redes sociales que reproducen las graves crisis sociales en Asia, Europa y ahora Estados Unidos, donde se tomaron las medidas cuando el coronavirus se había propagado.
“Ya pactó con el narco”.
Por saludar a la madre de El Chapo montaron una campaña de una supuesta cumbre de capos. Hasta se dieron el lujo de señalar a médicos como familiares de Guzmán Loera.
“Tiene al país en un desastre económico”.
Como está todo el mundo. Nadie se encuentra a salvo, por los efectos del coronavirus sí viajan en tiempo real: petroprecios, tipo de cambio, desempleo, desplome de la inversión y la paralización de la producción.
“Miente con las cifras reales del coronavirus”.
¿Quién tiene los datos reales? La paranoia es de tal magnitud que hasta influyentes periodistas han matado a enfermos.
Si declara la emergencia sanitaria, malo, que mejor decrete el toque de Estado para usar a la fuerza pública, a fin de que nadie salga de sus casas.
Son algunos ejemplos de la estridencia que vivimos todos los días, desde que comenzó la crisis.
Lo cierto es que si se van a agarrar a madrazos que esperen mejores tiempos. Los electorales podría ser la mejor opción para expresarse en las urnas.
El presidente López Obrador ha cometido desplantes. No se nos olvide la alta dosis de ideología en el lenguaje corporal de su gobierno, pero lo cierto es que apostarle a su caída no es la mejor señal para la democracia y, peor, en medio de la pandemia.
El gobierno tiene que hacer su papel y la sociedad se lo reclamara, pero abonar al caos y al señalamiento para crucificarlo, a través de noticias falsas, entonces sus adversarios van a terminar victimizándolo.
Hoy no importa el presidente, los gobernadores, los alcaldes, los políticos en general, lo que nos debe quedar claro es #QuédateEnCasa y para de mamar.
